El fenómeno geológico, “extremadamente raro”, amplificó la destrucción del sismo de magnitud 7,7 y elevó la cifra de víctimas a más de 3.800 personas, en un país ya sumido en una crisis humanitaria.
NotMid 31/10/2025
ASIA
El devastador terremoto de magnitud 7,7 que sacudió Myanmar en marzo de 2025, dejando más de 3.800 personas muertas (según datos de la ONU divulgados en junio), ocultaba un fenómeno sísmico inusual y fatal. Detrás de esta catástrofe, los científicos han identificado una ruptura supersónica a lo largo de la falla de Sagaing, un evento geológico que actuó como una “explosión sónica en la roca” y amplificó la destrucción en la región.
El sismo principal devastó amplias zonas del país, causando el colapso de edificios y la destrucción de infraestructuras críticas, incluyendo hospitales, aeropuertos, carreteras, puentes y sistemas esenciales de electricidad y agua.
💥 Ruptura Supersónica: El Fenómeno que Duplicó la Destrucción
El fenómeno inusual que amplificó la tragedia fue una ruptura supersónica, detectada por un equipo internacional de científicos liderado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y publicado en la revista Science.
El estudio reveló la magnitud y velocidad sin precedentes de la fractura:
- Alcance: El terremoto provocó la ruptura de unos 530 kilómetros de la falla de Sagaing.
- Velocidad letal: Un segmento de 450 kilómetros se propagó a una velocidad superior a la de las ondas sísmicas de corte.
- Aceleración máxima: La rama sur de la falla de Sagaing alcanzó velocidades sostenidas de hasta 5 kilómetros por segundo.
Los expertos compararon este tipo de ruptura con “romper la barrera del sonido, pero en la roca”. Esta aceleración genera frentes de choque sísmico que son capaces de duplicar la intensidad del temblor incluso a cientos de kilómetros del epicentro.
Según los autores, las rupturas supersónicas concentran la energía y la liberan de forma violenta, similar a una explosión sónica, produciendo sacudidas mucho más intensas y daños superiores a los de otros terremotos de igual magnitud.
Los investigadores atribuyeron esta velocidad extrema a una combinación de factores geológicos, como la geometría recta y uniforme de la falla, la acumulación de tensión desde el último gran terremoto en 1839 y las propiedades contrastantes de las rocas a lo largo de la interfaz.
Consecuencias y Desafío Humanitario
La destrucción fue generalizada en el centro de Myanmar e incluyó derrumbes masivos y licuefacción del suelo, fenómenos que pudieron observarse incluso desde el espacio.
Debido a las restricciones impuestas por el conflicto civil en Myanmar, los científicos recurrieron a tecnología satelital avanzada, como el radar InSAR e imágenes ópticas, para evaluar la magnitud de los daños. Este análisis remoto permitió reconstruir la secuencia de la ruptura con un nivel de detalle sin precedentes.
El impacto humano del terremoto se vio gravemente agravado por la situación previa en el país. Antes del sismo, más de un tercio de la población —incluidas 10,4 millones de mujeres y niñas— ya requería asistencia humanitaria urgente, según la ONU. La catástrofe intensificó estos desafíos, con la entidad advirtiendo sobre mayores riesgos y necesidades para mujeres y niñas en un contexto de infraestructura devastada y servicios básicos colapsados.
🚨 Implicaciones Globales y la Advertencia Sísmica
El estudio sobre la ruptura supersónica en la falla de Sagaing plantea importantes advertencias para el futuro. Los científicos subrayaron la necesidad de comprender las condiciones físicas que permiten que una ruptura alcance estas velocidades, ya que este conocimiento es vital para mejorar la estimación de riesgos sísmicos en otras regiones del mundo.
El informe destaca la necesidad de revaluar la peligrosidad sísmica en zonas continentales con fallas de geometrías comparables, como partes de Asia y California, donde existen largas fallas lineales y capas de roca contrastantes.
Este episodio demuestra que incluso en fallas continentales ampliamente estudiadas pueden surgir comportamientos inesperados y peligrosos, lo que obliga a la comunidad científica y a las autoridades a mantener una vigilancia constante y a actualizar sus evaluaciones de riesgo ante fenómenos sísmicos poco comunes.
Agencias
 
									 
					
