Von der Leyen anunció ayer un plan que incluye importantes medidas para hacer frente a Putin y a las consecuencias de la guerra que están sufriendo los europeos
NotMid 08/09/2022
EDITORIAL
Con el otoño ya a las puertas de Europa, Vladimir Putin dio ayer otro giro de tuerca a su estrategia de chantaje a Occidente. El presidente ruso advirtió de que no suministrará más gas ni petróleo ni carbón si la UE trata de limitar los precios de estas materias primas. Además, en un alarde de cinismo, intentó responsabilizar a los países que han adoptado medidas en defensa de Ucrania de la crisis de alimentos que amenaza con agravar el hambre en las regiones más pobre del planeta, cuando el único culpable de esa situación es el sátrapa que ha provocado con su invasión una guerra cruel e injusta que se prolonga ya más de seis meses.
Las nuevas amenazas de Putin no deben amedrentar a los socios comunitarios ni introducir dudas en su apoyo a Ucrania, país invadido cuyo ejército está dando una lección de coraje con la reconquista de varios puntos estratégicos. Los avances ucranianos en el frente norte dan fe de que, pese a todo, Ucrania, que lucha por su libertad, puede ganar la guerra a Rusia.
Los Veintisiete tienen instrumentos para plantar cara al chantaje de Putin, a pesar de que se avecinan meses difíciles como consecuencia de la crisis energética. Y la herramienta más poderosa es el mantenimiento de la unidad de acción. Ursula von der Leyen anunció ayer un plan que incluye importantes medidas para hacer frente a Putin y a las consecuencias que están sufriendo los europeos. Entre estas iniciativas se incluye desacoplar el gas del precio de la electricidad o limitar temporalmente los beneficios de los productores de energía, ideas impulsadas por Sánchez, quien sin embargo aún no ha sabido ejecutarlas de forma adecuada: de ahí que la UE se niegue a extender tal cual la llamada excepción ibérica.
Los planes de Von der Leyen pasan también por utilizar los beneficios extraordinarios que están obteniendo las empresas energéticas para reducir la factura de la luz, pero a través de una recaudación finalista -destinada directamente a abaratar la factura que pagan los usuarios-, en lugar de un impuesto discrecional como el implantado por Sánchez en España. Feijóo se ha mostrado dispuesto a apoyar esta iniciativa de la Comisión, lo que abre una necesaria vía de consenso pese al lamentable espectáculo de oposición a la oposición visto en el Senado.