La portavoz del Gobierno llamó Ábalos a Bolaños o Bolaños a Ábalos, que no sé qué es peor
NotMid 14/05/2025
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Dice la portavoz del PSOE que los wasaps de Ábalos y su amo no tienen importancia; y el otro medio, con El Insufi Óscar López a la cabeza, que su filtración es de una gravedad tremenda. Es tal la conmoción al ver su fea catadura en el espejo que a sus circuitos cerebrales se les funden los plomos y, ayer, atropellando a la lengua española, la portavoz del Gobierno llamó Ábalos a Bolaños o Bolaños a Ábalos, que no sé qué es peor. Y como no quieren parecer el ejército de Pancho Villa o la banda de Alí Babá han centrado su queja en EL MUNDO, por publicar “conversaciones privadas”. Como dice Santiago González, privado sería que Sánchez comentara con Begoña los avatares de su vida íntima; público es que Begoña intervenga ante Pedro para rescatar la empresa de su amigo de Air Europa con nuestro dinero. Ábalos ya intentó borrar su afición a las partouzes con prostitutas como episodios de su vida privada. No cuando las paga con dinero público.
El problema de fondo es que estos privados (de vergüenza) toman por asalto todo lo público, de concesiones a televisiones, de instituciones a empresas, y lo mismo citan en Moncloa al presidente de Telefónica para echarlo, que se forran asignando recursos europeos a tinglados familiares. Sánchez no distingue entre el Estado y él, su idea de la justicia es la patente de corso, fletar jueces sin oposición para que absuelvan su onerosa afición. A llevárselo crudo a su casa, a su partido, o a su sindicato lo llaman ahora asignación de recursos con criterio de sostenibilidad. De su tren de vida, sí.
Hay algo más que desmonta el argumento de que Sánchez y Ábalos estaban manteniendo a lo largo de los años meras conversaciones privadas y es que Sánchez le llama José Luis, y éste le llama siempre “presidente”. Es decir, que el cargo público electivo más importante de España, que es el de presidente del Gobierno, llama a su fiel criado por su nombre, mientras el criado se dirige a él con unción y arrodillándose ante el cargo. En rigor, en esos diálogos, no precisamente de carmelitas, queda peor Sánchez que su mano derecha. Ábalos está en libertad provisional, sin pasaporte para evitar que huya de España, y acusado por el Supremo de pertenecer a una “organización criminal”, y el presidente del Gobierno lo trata con tal afecto, tras acogerlo de nuevo en su círculo íntimo, que nadie puede dudar de que pertenecen a la misma organización.