El mensaje del líder chino va en línea con la estrategia de acercamiento a la UE que el gigante asiático ha mantenido en los últimos meses
NotMid 23/05/2025
ASIA
Con un margen de apenas 24 horas de diferencia, el presidente de China, Xi Jinping, descolgó el teléfono para mantener una larga charla con el líder francés, Emmanuel Macron, y otra con el canciller alemán, Friedrich Merz. En ambas llamadas, además de abordar algunos trazos de las relaciones bilaterales, Xi ha aprovechado para lanzar varios guiños hacia la Unión Europea, vendiendo a Pekín como un socio estable en medio de todas las tormentas comerciales y diplomáticas provocadas por Donald Trump, asegurando que está predispuesto a colaborar con Bruselas para afrontar juntos los desafíos globales.
El mensaje conciliador de Xi va en línea con la estrategia de acercamiento a la UE que la superpotencia asiática ha mantenido en los últimos meses. El viernes, el presidente chino le dijo a Merz que Berlín y Pekín debían de “trabajar juntas el mantenimiento del orden internacional”.
Esta última frase que recoge la emisora estatal china CCTV también aparecía en la lectura china de la conversación del jueves entre Xi y Macron. “China y Francia deben salvaguardar conjuntamente las reglas del orden económico mundial”, ha dicho el líder chino en una clara referencia a la guerra arancelaria global desatada por Trump. “China siempre ha considerado a Europa como un polo independiente en el mundo multipolar y apoya a la UE en el fortalecimiento de su autonomía estratégica”, continuó.
Si Macron acordó con Xi que ambos avanzarían para poner fin a una disputa comercial por las medidas antidumping provisionales impuestas por Pekín en 2024 contra las importaciones de brandy procedente de la UE, que golpearon especialmente al coñac francés, en la charla con Merz, Xi insistió en que China y Alemania debían ampliar la cooperación en sectores como la fabricación automotriz y la inteligencia artificial.
Además, el presidente chino habría dicho al alemán que Pekín se abrirá más a la inversión mutua y que pretende “iniciar un nuevo capítulo de una asociación estratégica integral” con Berlín. Xi buscó una buena primera toma de contacto con Merz después de que el nuevo canciller, en un discurso más duro, manifestara la semana pasada que buscaría una “reducción de riesgos estratégica” con la segunda economía más grande del mundo y que estaba preocupado por el acercamiento entre China y Rusia. “Presionaremos decididamente para que China haga su contribución para poner fin a la guerra en Ucrania”, aseguró Merz.
Los diarios estatales chinos han publicado columnas y editoriales estas últimas insinuando la posibilidad de que China pueda lograr levantar un “frente unido” junto a la UE contra las políticas aislacionistas de Trump, a pesar de las varias disputas vigentes entre Pekín y Bruselas.
A principios de este mes se cumplieron 50 años desde que China y la Unión Europea firmaron un acuerdo que formalizaba el establecimiento de relaciones diplomáticas oficiales. Un aniversario que los dos mandamases del gigante asiático, Xi Jinping y el primer ministro Li Qiang, aprovecharon para intercambiar cartas con los líderes de la UE.
“El mundo está atravesando una enorme transformación y la sociedad humana ha llegado una vez más a una encrucijada crítica. Una relación sana y estable entre China y la UE no solo logrará un éxito mutuo, sino que también iluminará al resto del mundo”, escribía Xi en una misiva dirigida al presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “China está lista para trabajar con los líderes de la UE y manejar adecuadamente las fricciones y diferencias”, continuó.
Unas horas después de que los medios estatales chinos recogieran las palabras de su presidente, los portavoces de Pekín confirmaron que las autoridades chinas levantarían las sanciones impuestas a miembros del Parlamento Europeo y a su subcomisión de derechos humanos. La mayoría fueron impuestas en 2021 debido a las críticas de los políticos europeos por la represión contra la minoría musulmana uigur en la región china de Xinjiang.
Aquel levantamiento de sanciones ya se había puesto sobre la mesa en abril. Durante el primer intercambio de golpes arancelarios en la guerra comercial que había iniciado Donald Trump, el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, celebró una ronda de llamadas con varios homólogos europeos para intentar movilizarlos contra Washington. Aquellos días, la prensa china recordaba la reunión que Xi había celebrado con el presidente español, Pedro Sánchez, donde el líder chino dijo que su país y la UE debían “unir fuerzas para defender la globalización”, en otra clara referencia a las políticas proteccionistas de Trump.
Agencias