“A la desesperada, Pedro Sánchez será más imprevisible. Se enrocará en su muro”
NotMid 05/06/2025
OPINIÓN
JAVIER REDONDO
Lo que Sánchez es y representa se exhibió ayer en carne viva y formato televisivo. Sánchez necesitaba del poder para tratar de elevarse y parecer lo que no es. Sánchez es una maniobra en penumbra, un intento de votación fraudulenta contra su partido, una tesis copiada y una carta otorgada a sus bases, que identificó plebiscitaria y tramposamente con la ciudadanía. La cutre representación de ayer mostró que el PSOE resolvió mal el Comité Federal del 1-O de 2016. El PSOE desposeyó transitoriamente a Sánchez de la Secretaría General pero no impidió su regreso ni el posterior secuestro. Al borde del abismo, los cuadros no resistieron la presión de Iglesias, mástil al que se agarró Sánchez para retornar después ungido por la militancia. Los cuadros le entregaron el partido y prefirieron la rendición al purgatorio.
Entonces Sánchez se despojó de su primera máscara: de posar de blanco ibicenco con Valls y Renzi y representar la renovación generacional de la socialdemocracia convencional, pasó a declarar ante Évole, ya con el mentón acerado, que «determinados medios progresistas como El País me han dicho que si hubiera habido un acuerdo entre PSOE y Podemos, lo criticarían e irían en contra» y que «hay una burbuja de medios que están en manos de pocas empresas del sector financiero o telecomunicaciones como Telefónica». Nada más llegar al poder, insólitamente, cayó el director de El País.
Page ha escrito en el agua: «Hay que parar esta hemorragia peligrosísima». Se refiere a la hemorragia externa. Nadie detuvo la interna a su tiempo. Page yerra en su petición. Quiere que las elecciones generales se convoquen antes de las autonómicas para que lo nacional no arrastre a los territorios. Su ruego es baldío y tardío. Sánchez arrastrará consigo a los territorios. Ya lo hace con Montero, López, Alegría, Morant… Sánchez rige una corporación de intereses, no un partido. Blindó a Cerdán en el último Congreso arrojando al partido el confeti de los ERE. El partido, en éxtasis, palmoteó enajenado y ovacionó a Begoña Gómez, que mantuvo provechosos contactos profesionales con Aldama.
Leire Díez y Aldama se enzarzaron ayer; Cerdán contra Ábalos. Se revolvieron en el plató las tripas de la organización; se resquebraja la cuadrilla del Peugeot, las dos edades entretejidas del PSOE de Sánchez, que enmudece. Sólo balbucea López, obligado por Sánchez & Gómez. Los titubeos del meritorio, penitencia del converso, estampa trémula del deslustre. Díez no sabe que ayer avanzó hacia su sacrificio: «Ni fontanera ni cobarde». Pero ya está sola; sola y a la intemperie, apenas protegida por la copia del dossier que entregó a Santos Cerdán.
A la desesperada, Sánchez será más imprevisible. Se enrocará en su muro. Se aferrará a la creencia de que «el hombre normal no busca la verdad más que después de haber agotado todas las demás posibilidades». Para Sánchez, las posibilidades son trucos y los trucos, escapadas. Asistiremos a su transfiguración anti OTAN en pos de la construcción del frente amplio. El iliberal Nawrocki ha ganado en Polonia por un estrecho margen. Aseguró eufórico: «Hemos ganado porque sencillamente tenemos razón y porque decimos la verdad». Nos recuerda al iliberal Sánchez cuando dijo lo de «la verdad, la verdad de las cosas es la realidad». La realidad del PSOE es Leire Díez y la esperpéntica irrupción de Aldama.