La Cancillería china había declarado este lunes que esperaba “esfuerzos” por parte de Estados Unidos para lograr un “resultado positivo basado en la igualdad, el respeto y el beneficio mutuo”
NotMid 12/08/2025
ASIA
En un movimiento que ha aliviado las tensiones en el comercio global, las dos economías más grandes del mundo, Estados Unidos y China, han acordado extender su tregua arancelaria por otros 90 días. La decisión, anunciada por el presidente Donald Trump, disipa los temores de que se reiniciara una guerra comercial que ha sacudido a los mercados internacionales a lo largo del año.
El pacto, que mantiene los aranceles en sus niveles actuales (30% para productos chinos en EE.UU. y 10% para productos estadounidenses en China), fue formalizado por Trump a través de una orden ejecutiva que extiende el acuerdo hasta el 10 de noviembre. Este período se considera crucial para que los equipos negociadores de ambos países puedan seguir trabajando en un acuerdo comercial integral y, potencialmente, sentar las bases para una cumbre entre Trump y el líder chino, Xi Jinping, antes de que termine el año.
Negociaciones en Marcha y Puntos de Tensión
Las negociaciones, que ya han pasado por tres rondas en sedes neutrales como Ginebra, Londres y Estocolmo, han logrado avances significativos. El nuevo acuerdo no solo mantiene los aranceles bajos, sino que también incluye la flexibilización de algunas restricciones comerciales. Por ejemplo, China ha reducido las barreras a la exportación de tierras raras, mientras que EE.UU. ha eliminado restricciones a la exportación de software de diseño de semiconductores.
Un punto especialmente notable es la negociación personal de Trump con el CEO de Nvidia, Jensen Huang, para permitir la venta de un chip de gama baja en China, una señal de que EE.UU. está dispuesto a hacer concesiones para seguir penetrando el mercado tecnológico chino.
Sin embargo, la tregua no está exenta de tensiones. La diferencia del 20% en los aranceles de EE.UU. se mantiene como una sanción por la falta de cooperación de China en la lucha contra el tráfico de fentanilo. Además, en los días previos a la extensión del acuerdo, el presidente Trump lanzó una advertencia a China para que cuadruplicara sus compras de soja estadounidense, y el vicepresidente JD Vance amenazó con nuevos aranceles si China continuaba comprando petróleo ruso.
La Respuesta de China y el Aislamiento de EE.UU.
Mientras que Trump se jactaba de sus acuerdos con la Unión Europea y otros aliados, la reacción de Beijing fue notable por su silencio y por su estrategia diplomática. El presidente Xi Jinping no hizo comentarios públicos sobre la extensión del acuerdo con EE.UU. En cambio, su principal noticia fue una videollamada de una hora con su homólogo brasileño, Lula da Silva.
Este movimiento no es casual. Ocurrió justo después de que Trump impusiera un arancel del 50% a las exportaciones brasileñas. China, que ya es el mayor socio comercial de Brasil, ahora compra la soja que antes adquiría de EE.UU., una muestra clara de cómo Beijing está reforzando sus alianzas para contrarrestar la presión de Washington.
La prolongación de esta tregua ofrece una ventana de oportunidad crucial para ambos países. Sin embargo, las amenazas y sanciones que persisten sugieren que la paz comercial aún es frágil. La verdadera prueba será si los equipos negociadores pueden lograr un acuerdo duradero que beneficie a ambas potencias, o si esta pausa es solo un preludio a una nueva fase de confrontación.
Agencias