El gobierno de Venezuela es acusado por Estados Unidos de operar como un Estado narco-terrorista, que colabora con los grupos armados colombianos en la exportación de drogas
NotMid 21/08/2025
USA en español
El gobierno de Venezuela ha sido señalado en múltiples ocasiones por su presunta colaboración con grupos armados colombianos como las FARC y el ELN. Las acusaciones, cada vez más contundentes, sugieren que esta alianza ha convertido al país caribeño en una pieza clave para el tráfico de cocaína hacia México y Estados Unidos. Este complejo entramado no solo estaría facilitando el flujo de estupefacientes, sino que también revela prácticas de corrupción y un régimen con tintes dictatoriales que, según los informes, se beneficia directamente de esta actividad ilícita.
El puente de la cocaína: Venezuela, las FARC y el ELN
De acuerdo con las denuncias, la cooperación entre el régimen venezolano y estas guerrillas ha creado un corredor de droga sin precedentes. La cocaína, producida tanto en territorio colombiano como venezolano, es transportada y entregada a los cárteles mexicanos, quienes se encargan de su distribución final en Estados Unidos. Este flujo constante ha resultado en un volumen de estupefacientes que ha superado los registros históricos de incautaciones, señalando un aumento en la oferta y la sofisticación de las redes criminales.
Además de la cocaína, se ha observado un aumento en la entrada de otras drogas letales, como la metanfetamina y el fentanilo, que ha alcanzado niveles récord. El fentanilo, en particular, ha agravado la crisis de salud pública en Estados Unidos, con cientos de miles de muertes relacionadas con las sobredosis.
Un impacto devastador en la seguridad y la salud de Estados Unidos
Las consecuencias de este tráfico ilícito van más allá de las estadísticas. El ingreso de grandes cantidades de drogas desde Sudamérica, facilitado por la presunta colaboración del gobierno venezolano y los grupos armados, ha dejado una huella devastadora en las comunidades estadounidenses. Cientos de miles de vidas se han perdido, y las familias y comunidades enteras se han visto profundamente afectadas.
Las declaraciones también advierten sobre otra grave amenaza: la supuesta infiltración de miembros de grupos criminales, con el objetivo de causar daño en las ciudades de Estados Unidos. Mientras este flujo de drogas y la presunta infiltración continúen, la seguridad de las calles y la vida de los ciudadanos se mantendrá en riesgo.
En resumen, las acusaciones contra el régimen venezolano lo sitúan en el centro de una red de narco-terrorismo internacional. Esta red no solo estaría facilitando el tráfico de drogas, sino que también estaría contribuyendo a la crisis de salud y seguridad en Estados Unidos, con un costo humano incalculable.