Puede que se acerque la hora en que los venezolanos tengan la oportunidad de rehacer su país en una nueva tradición democrática, forjada en más de dos décadas de sufrimiento
NotMid 22/09/2025
OPINIÓN
EVAN ELLIS
La determinación del gobierno de Estados Unidos hacia el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela es clara. La administración estadounidense ve al gobierno de Maduro como una amenaza directa a sus intereses, principalmente el combate al tráfico de drogas y la inmigración ilegal. El reciente ataque a una lancha rápida, que resultó en la muerte de sus ocupantes, demuestra la voluntad de Estados Unidos de escalar la situación más allá de las restricciones previas.
Existen varias opciones sobre la mesa para Estados Unidos, desde ataques limitados hasta una operación militar a gran escala para capturar a Maduro y llevarlo a juicio, similar a la que derrocó a Manuel Noriega en Panamá. Aunque el presidente Trump ha minimizado la posibilidad de un cambio de régimen, el despliegue de un Grupo Anfibio y una Unidad Expedicionaria de Marines en la región proporciona las herramientas necesarias para el uso de la fuerza.

Trump acusa al Cartel de los Soles de envenenar a EEUU de drogas (REUTERS/Brian Snyder)
Un cambio de enfoque en Washington
La política de la primera administración de Trump hacia Venezuela se centró en la restauración de la democracia. Sin embargo, en un segundo mandato, el enfoque se ha desplazado hacia la seguridad nacional. El régimen de Maduro es visto como un facilitador de flujos de drogas que matan a ciudadanos estadounidenses y como la causa principal de la migración masiva, incluyendo el aumento de la violencia criminal por grupos como el Tren de Aragua. La falta de cooperación de Maduro para aceptar a los venezolanos deportados de Estados Unidos ha endurecido aún más la postura de Washington.
A diferencia del primer mandato, la actual administración de Trump cuenta con un Consejo de Seguridad Nacional más alineado con sus prioridades. Los esfuerzos diplomáticos, como los de Richard Grennell, han fracasado, lo que fortalece la posición de figuras como el Secretario de Estado Marco Rubio, quienes abogan por una línea dura contra Venezuela.

EEUU desplegó en el Caribe el buque de asalto USS Iwo Jima (DoD/Benjamin Applebaum/Handout via REUTERS)
El marco legal y la fuerza militar
La administración ha declarado al Cartel de los Soles como una organización terrorista, lo que proporciona el marco legal para tomar medidas contra sus líderes y operaciones. El ataque a la lancha rápida, presuntamente vinculada al Cartel, es una advertencia de que la fuerza letal puede ser utilizada contra figuras de mayor rango.
La actual fuerza militar estadounidense en el Caribe es considerable. Su núcleo es una Fuerza de Tarea Aire-Tierra de la Marina (MAGTF), que incluye tres buques anfibios: el USS Iwo Jima y dos buques de la clase San Antonio. A bordo, hay más de 2.000 infantes de marina listos para operaciones expedicionarias rápidas. La flota se complementa con un submarino de ataque rápido, tres destructores y un crucero, que en conjunto pueden lanzar más de 400 misiles de precisión para neutralizar las defensas aéreas de Venezuela, sus aviones y nodos de mando.
Además, el reciente despliegue de 10 cazas F-35 en Puerto Rico, los aviones más avanzados de la Fuerza Aérea, subraya la seriedad de los preparativos. Las visitas del Secretario de Defensa y del Comandante del Estado Mayor Conjunto a la región demuestran la atención de alto nivel que se le está dando a esta posible operación.
Es importante destacar que esta fuerza no está diseñada para una ocupación a largo plazo. Es consistente con la política de la administración de evitar compromisos militares costosos y prolongados.
La operación y sus posibles resultados
La recompensa de 50 millones de dólares por la captura de Maduro podría comprar la cooperación de miembros de su círculo cercano, persuadiendo a algunos de los militares venezolanos a hacerse a un lado. Esta estrategia, combinada con la superioridad militar estadounidense, aumenta las posibilidades de éxito de una operación.
La lógica militar detrás de estos movimientos es bien conocida por los militares venezolanos. Ya se habla de acercamientos entre militares del régimen y personas vinculadas al gobierno legítimo de la oposición. Las élites de Maduro entienden que su régimen está en peligro y buscan una forma de salvarse de una confrontación.
Aunque Estados Unidos podría optar por una acción gradual, la presencia de una fuerza tan grande implica que su paciencia no es infinita. El mayor riesgo de una operación militar exitosa no es la victoria, sino la escalada de violencia en un país donde los actores criminales y militares podrían disputarse el poder.

Si cae Maduro, el futuro gobierno tendrá múltiples desafíos (AP Foto/Cristian Hernández, Archivo)
El camino a seguir para Venezuela
A pesar de los riesgos, una acción militar de Estados Unidos le daría al gobierno legítimo de Edmundo González una oportunidad crucial y fugaz para restaurar la democracia. Con un 67% de apoyo popular, este gobierno tiene la legitimidad para unificar al país.
El trabajo principal recaerá sobre los propios venezolanos. Un nuevo gobierno tendría que:
- Restablecer el orden rápidamente.
- Reconstruir un ejército confiable.
- Asegurar ingresos, restaurando la producción de petróleo.
- Abordar la crisis financiera, incluyendo una deuda de 140.000 millones de dólares.
- Unificar a un país profundamente polarizado.
Conclusión
Puede que se acerque el momento en que los venezolanos tengan la oportunidad de rehacer su país. El camino será peligroso, y gran parte del trabajo y el riesgo recaerán sobre sus hombros. La caída de Maduro no está garantizada, ni tampoco el éxito de lo que venga después. Sin embargo, con un liderazgo legítimo y valiente en la figura de Edmundo González, Venezuela tiene una perspectiva de liberación que no ha tenido en décadas. Las victorias nunca están aseguradas, pero las tragedias no duran para siempre.
