El Departamento del Tesoro apuntó a compañías e individuos vinculados al programa de misiles del régimen, acusándolos de ser una “amenaza significativa” para las tropas estadounidenses y el transporte comercial
NotMid 01/10/2025
USA en español
En una escalada de presión económica contra Teherán, Estados Unidos ha impuesto un nuevo y amplio paquete de sanciones dirigido a una compleja red iraní de adquisición de armas, vital para su programa de misiles balísticos. Esta acción se produce inmediatamente después de la reactivación automática (“snapback”) de las sanciones internacionales de la ONU, intensificando el aislamiento del régimen.
El Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a 21 entidades y 17 personas involucradas en la producción de misiles y aviones militares iraníes. La medida no solo apunta a Irán, sino a las arterias globales que alimentan su maquinaria bélica.
Una Red Transcontinental de Adquisiciones
La red sancionada demuestra la sofisticación de los esfuerzos de adquisición de Irán, operando en múltiples continentes para sortear las restricciones internacionales:
- Ruta Asiática: Una red que abarca Irán, Hong Kong y China fue golpeada por adquirir productos electrónicos de doble uso de origen estadounidense. Estos componentes, que tienen aplicaciones tanto civiles como militares, estaban destinados a una empresa controlada por Irán que produce equipos para el ejército.
- Ruta Occidental: Otro grupo que operaba en Irán, Alemania, Turquía, Portugal y Uruguay fue sancionado por la compra ilegal de un helicóptero de origen estadounidense para las fuerzas armadas iraníes.
El Secretario del Tesoro justificó las sanciones señalando que el “apoyo del régimen iraní a los grupos terroristas y su búsqueda de armas nucleares amenazan la seguridad de Oriente Medio, Estados Unidos y nuestros aliados en todo el mundo”.
El Aislamiento y el Precio para la Población
Las sanciones de la ONU, reactivadas para detener los acuerdos armamentísticos y congelar los activos, se suman a una presión financiera ya devastadora. Lideradas por Francia, Alemania y el Reino Unido, estas medidas buscan un aislamiento total, citando las restricciones de Teherán a la supervisión nuclear y el estancamiento en las negociaciones.
Aunque Irán insiste en que su programa nuclear es pacífico, las agencias de inteligencia occidentales y la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) han documentado un programa de armas organizado hasta 2003.
Mientras el gobierno enfrenta el castigo internacional y el bombardeo reciente de sus instalaciones, es la población iraní quien siente el golpe más duro. La moneda iraní, el rial, se encuentra en mínimos históricos, disparando los precios y haciendo que la vida cotidiana sea extremadamente difícil, incluso para adquirir alimentos básicos.
La nueva ronda de sanciones, respaldada por una amplia colaboración de agencias de EE. UU. (Tesoro, Estado, Seguridad Nacional y FBI), marca el inicio de una nueva fase de máxima presión. La pregunta ahora es cómo responderá Teherán a esta asfixiante presión financiera y militarizada.