La entrega de dinero en efectivo para Ábalos y Koldo al margen de las cuentas del partido refuerza la hipótesis de que el PSOE operaba con una ‘caja B’
NotMid 04/10/2025
EDITORIAL
Las revelaciones del último informe de la UCO dan un giro de extraordinaria importancia al caso Koldo. A través de las conversaciones interceptadas a la trama, la Guardia Civil ha descubierto que durante años el PSOE entregó sobres con dinero en efectivo tanto a José Luis Ábalos como a su entonces asesor que no aparecen en la contabilidad de transferencias y pagos en metálico que el partido remitió al Tribunal Supremo. Se trata de sobres con el logo del PSOE, de los que existen fotografías, y que se entregaban en la sede de Ferraz.
El hallazgo apuntala las sospechas que ya planeaban sobre la maraña de causas judiciales vinculadas al PSOE: la posible financiación ilegal del partido. Porque si en Ferraz no sólo eran habituales los pagos en metálico -incluso a un militante sin cargo orgánico como Koldo García, que decía recibir entre 500 y 1.000 euros al mes-, sino que una parte de ellos se producía al margen de las cuentas oficiales, ¿de dónde procedía el dinero?
Los investigadores aseguran que la «falta de concordancia» entre los movimientos económicos presentados por el PSOE y estos pagos ocultos resulta «especialmente relevante» en la medida en que «apunta a la existencia de una fuente de ingresos no declarados» de la que Ábalos se habría beneficiado, y no de forma puntual. Todo ello sugiere que el partido operaba con un sistema de contabilidad paralelo que recuerda a la caja B del PP que Luis Bárcenas desgranó en sus papeles y que fué desvelado hace 13 años.
Hasta este momento había elementos que sembraban dudas razonables sobre la financiación del PSOE. Por un lado, el protagonismo en la trama de dos sucesivos secretarios de Organización, Ábalos y Santos Cerdán, a lo que se añade la doble condición del primero como jefe del aparato del PSOE y titular de Transportes, el ministerio de las obras públicas.
Por otro lado, estaban las declaraciones de dos empresarios imputados en el caso Hidrocarburos (el negocio donde se movían las sumas de dinero más altas): Víctor de Aldama asegura que entregó dinero en efectivo a dirigentes socialistas, y Carmen Pano afirma que llevó a Ferraz dos bolsas con 45.000 euros cada una. En tercer lugar, sabíamos que la fontanera del PSOE, Leire Díez, tenía un especial interés en desmontar la causa de los hidrocarburos, para lo cual solicitó la colaboración del empresario imputado Alejandro Hamlyn.
Estos elementos periféricos, sumados al descubrimiento de que Ábalos y Koldo recibían pagos en metálico en sobres al margen de los declarados por el partido (billetes a los que llamaban «chistorras» o «folios»), refuerzan la hipótesis de un esquema de financiación irregular que implica de lleno al PSOE.
Los señalados ya no son únicamente Ábalos y Cerdán, los hombres de máxima confianza del presidente, sino el PSOE en su conjunto. Tras llegar al poder a través de una moción de censura contra los «sobresueldos» del PP, ahora sabemos que en el partido que Pedro Sánchez ha liderado con mano de hierro también se han movido sobres opacos llenos de billetes. La responsabilidad política del presidente es insalvable.