El régimen impone el silencio sobre el galardón de la opositora en los medios públicos y la censura férrea en los privados
NotMid 11/10/2025
IBEROAMÉRICA
“No estamos solos”. Tres palabras resonaron ayer con una intensidad profunda, aliviando la soledad sentida por millones de venezolanos —en su país y en la diáspora— tras conocer que la líder opositora, María Corina Machado, había sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025. Las palabras se replicaron como un eco de esperanza en chats de WhatsApp, redes sociales y conversaciones discretas, a pesar del miedo impuesto por la represión.
El fallo del comité en Oslo se percibe como un reconocimiento contundente y sin atenuantes a la causa democrática, honrando al propio pueblo venezolano “que ha luchado por su libertad con admirable coraje, dignidad, inteligencia y amor”, tal como subrayó Machado en el comunicado difundido horas después de la noticia.
El Despertar y la Emoción de Oslo
La mañana europea —madrugada en Caracas— se detuvo con la llamada de Kristian Berg Harpviken, director del Instituto Nobel Noruego. Con la voz embargada por la emoción y el peso de la historia, comunicó a María Corina Machado, la mujer que sobrevive en la clandestinidad y lidera el mayor desafío a la dictadura chavista, que había obtenido el galardón más prestigioso.
El premio le es otorgado “por su incansable trabajo de promoción de los derechos democráticos para el pueblo de Venezuela”. La líder democrática, visiblemente abrumada, apenas pudo reaccionar con un “Oh, dios mío, no tengo palabras”.
Un Logro Colectivo y un Fraude Desnudo
El Nobel corona una trayectoria de lucha implacable, marcada por agresiones, persecuciones y el encarcelamiento de militantes de su partido, Vente Venezuela. En 2024, Machado se encaramó a una ola popular que nació en la Venezuela profunda y que culminó en las urnas del 28 de julio, liderando una cruzada por el voto que pulverizó al chavismo.
La sociedad venezolana se volcó en una jornada histórica, congregándose en los centros de votación horas antes de la apertura y protegiendo las actas que desnudarían el “mega-fraude” posterior: siete millones de votos para el opositor Edmundo González Urrutia frente a tres millones para Maduro, según los resultados resguardados por los ciudadanos.
“Esto es un logro para toda la sociedad, yo solo soy una persona, no lo merezco”, expresó la Nobel, reconociendo el coraje de un pueblo que pagó un castigo mayúsculo: 25 asesinados, más de 2.000 detenciones y más de 800 presos políticos.
Un Misil contra la Narrativa Chavista
El fallo del Nobel de la Paz 2025 describe a Machado como “una valiente y comprometida defensora de la paz, una mujer que mantiene viva la llama de la democracia en medio de una creciente oscuridad”. Este párrafo es un golpe demoledor a la narrativa chavista, que presenta a Nicolás Maduro como un “guerrero de paz” y a Machado como una figura demoníaca.
El reconocimiento mundial pone en evidencia la realidad del país, tal como subraya el comité: “Venezuela ha evolucionado de un país relativamente democrático y próspero a un estado brutal y autoritario que ahora sufre una crisis humanitaria y económica. La mayoría vive en la pobreza extrema, mientras que los pocos en la cima se enriquecen”.
El Silencio Oficial y la Esperanza Clandestina
Pese al júbilo popular, la maquinaria de propaganda bolivariana impuso el silencio y la censura en los medios públicos y privados. El Premio Nobel para una venezolana no fue noticia. “Ni una palabra sobre el Nobel de María Corina en la radio ni en la televisión venezolana”, resumió el politólogo Enderson Sequera, exponiendo la atroz complicidad mediática.
Mientras tanto, en la clandestinidad y la diáspora, la noticia fue celebrada con lágrimas de alegría, un sentimiento de que la lucha, finalmente, no era solitaria. “Frente a los comentarios mezquinos y distantes sobre el Nobel, me quedo con las lágrimas de alegría de todos los venezolanos”, compartió Rafael Uzcátegui, director del Laboratorio de Paz.
Mensaje a Trump: La Tarea no ha Terminado
A pesar del galardón, la tarea de Machado no ha concluido. “Este inmenso reconocimiento a la lucha de todos los venezolanos es un impulso para concluir nuestra tarea: conquistar la libertad”, afirmó. En un gesto notable, Machado dedicó el premio a Donald Trump, asegurando que “hoy más que nunca contamos con el presidente Trump”, en lo que se interpreta como un claro guiño al ansiado premio del expresidente y a la inminente “fase dos” de la estrategia de Washington en la región.
El despliegue militar de EEUU en el sur del Caribe ha acorralado a Maduro, quien, según reportes, habría intentado negociar con Washington ofreciendo negocios petroleros y mineros a cambio de mantenerse en el poder. La lucha sigue, pero el Nobel de la Paz ha encendido una nueva e inextinguible llama de esperanza.
Agencias