El avance ruso hacia las ciudades que capturó y después perdió al inicio de la guerra, resucita en el este de Ucrania la triste memoria de aquellos años, que refuerza el retorno de los vehículos propios de la ciencia ficción que ya se usaron en esa fase del conflicto
NotMid 12/10/2025
MUNDO
El Donbás ucraniano vive una reedición sombría del inicio de la guerra de 2014, pero con una nueva realidad bélica: la primacía absoluta de los drones (UAVs). Ante el avance ruso —lento, pero constante, que ha capturado miles de kilómetros cuadrados—, la respuesta ucraniana mezcla soluciones de la primera guerra mundial con tecnologías de vanguardia, creando una estética que oscila entre el Mad Max y el ciberpunk.
El Regreso de los ‘Blindados’ Caseros
La estética apocalíptica se ha apoderado de localidades como Druzhkivka, Kostyantynivka o Kramatorsk, que vuelven a revivir el temor de ser ocupadas. Las calles se han llenado de vehículos militares tan aparatosos como turbadores: los “coches Mad Max”, o ‘barbacoas’ (mangals), todoterrenos recubiertos de rejas y mallas metálicas.
Esta proliferación es una respuesta directa a la omnipresencia del dron como arma dominante. “En aquel entonces [2014] los necesitábamos para defendernos de la metralla y ahora han regresado para protegernos de los drones. En aquellos años buscábamos proteger los lados. Ahora tenemos que protegernos la cabeza”, explica el teniente coronel Yehor ‘Kent’.
El militar Ivan ‘Vaha’ de la Brigada Mecanizada 93, conduce un Peugeot Landtrek reforzado con una jaula entrelazada con mallas. Su decisión fue a raíz de un ataque en abril de 2024. “Tuvimos mucha suerte. Todos quedamos heridos pero no murió nadie”, indica. Pese a que estos blindajes caseros reducen la velocidad, su eficacia está probada: “El coche quedó dañado pero todos salimos indemnes”, confirma otro militar, Yevhen, tras sufrir un segundo ataque.

El Dron: El Arma Dominante y la Ruptura Tecnológica
Según Oleksander Kamyshin, asesor del presidente Volodímir Zelenski, ahora el “85% de todos los objetivos en el frente son atacados con drones”. La situación se complica con la introducción de tácticas como los drones de fibra óptica, temidos por ser inmunes a los sistemas de interceptación electrónica (EW), la defensa estándar hasta ahora. El coche de Ivan fue atacado a pesar de llevar protección EW: “Pero era un dron de fibra óptica”, puntualiza.
Ante esta amenaza aérea total, las tácticas de defensa se han adaptado:
- Escopetas de caza como arma antiaérea: “La nueva orden es que todas las unidades lleven a un soldado armado con una escopeta de cartuchos. Es el arma más eficaz contra los drones”, aclara el teniente coronel Yehor ‘Kent’. El soldado Artur ‘Alvarez’, ha derribado cerca de 30 drones disparando a corta distancia (30-50 metros).
- “Túneles” de Malla en Carreteras: Las autoridades del Donbás han lanzado un programa acelerado para colocar redes anti drones en numerosas carreteras, extendiendo “túneles” de mallas por decenas de kilómetros. Rutas clave, como la autopista M-03, ya han tenido que ser cortadas ante las acometidas de los UAVs.
- Logística con Robots: En una mezcla de pasado y futuro, se están utilizando robots con ametralladoras y robots kamikaze para el asalto y el envío logístico. “En estos momentos el 30 ó 40% de los envíos logísticos se hacen ya con estos robots”, señalan desde la Brigada 93.
El Recrudecimiento del Conflicto
La proliferación de vehículos “Mad Max” es un síntoma de la intensificación de los combates. Kilómetro a kilómetro, la línea de combate se aproxima a Druzhkivka, Kramatorsk y Sloviansk. La devastación ya no es esporádica: los edificios reducidos a escombros se han vuelto la norma, replicando el destino de ciudades como Bajmut.
La precariedad de la situación se refleja en medidas como el nuevo toque de queda en Druzhkivka, donde los residentes solo pueden salir a la calle cuatro horas al día. En Kramatorsk, los bombardeos son cotidianos y la vida, que había vuelto lentamente, ahora se revierte: “La vida volvió poco a poco, pero ahora se vuelven a marchar”, lamenta Igor Gumenyuk.
El teniente coronel Yehor ‘Kent’ y su segundo, Max ‘Shmidt’, han tenido que trasladar su cuartel general a un búnker subterráneo debido a la actividad de los drones. Ambos constatan que la guerra ha cambiado: “Ahora (los rusos) no capturan las ciudades, las hacen desaparecer, arrasándolas primero”, sentencia el militar Mihailo ‘Mishka’. La contienda se ha convertido, en palabras de un alto responsable de la OTAN, en una combinación de tácticas de la Primera y la Tercera Guerra Mundial.
Agencias