El nuevo proyecto impulsado por el Banco Central Europeo (BCE), promete transformar la forma en que los ciudadanos europeos realizan sus pagos
NotMid 30/10/2025
EUROPA
El euro digital, el nuevo proyecto impulsado por el Banco Central Europeo (BCE), no es solo una digitalización del dinero: es una apuesta por la soberanía tecnológica de Europa. “Nada de Gran Hermano. El euro digital es la llave de la independencia europea”, afirma Angelica Finatti, experta en blockchain y directora comercial de Fideiussioni Digitali. Esta iniciativa promete transformar radicalmente la forma en que los ciudadanos realizan sus pagos, ofreciendo transacciones instantáneas, mayor seguridad y una infraestructura propia que busca reducir la dependencia de los grandes circuitos de tarjetas internacionales.
Según Finatti, el objetivo principal del BCE es crear una infraestructura europea autónoma y segura, minimizando la intervención de intermediarios y operadores extranjeros en las transacciones. “Hoy, cada vez que pagamos con tarjeta o por Internet, dependemos de redes privadas que gestionan esos pagos. El euro digital permitirá que las operaciones se realicen directamente dentro del sistema europeo, sin pasar por terceros”, explica la especialista.
El nuevo euro funcionará mediante un monedero digital o wallet, una aplicación móvil que será gestionada tanto por los bancos como por el propio BCE. Esto permitirá pagos inmediatos, seguros y disponibles las 24 horas, incluso fuera de los circuitos tradicionales.
El proyecto busca reforzar la soberanía tecnológica del continente, al mismo tiempo que reduce los costes asociados al uso de plataformas de pago no europeas. “Liberarse de los grandes ‘players’ internacionales permitirá a las entidades financieras optimizar recursos y rebajar las comisiones que hoy acaban en manos de empresas extranjeras”, apunta Finatti. Aunque será necesaria una inversión inicial para adaptar la infraestructura, la experta asegura que los beneficios a largo plazo serán significativos.
Además, el euro digital facilitará pagos directos entre usuarios o instituciones (peer-to-peer) y la posibilidad de transacciones sin conexión (offline), garantizando la continuidad del sistema incluso ante fallos técnicos. “Se trata de una evolución que puede modernizar el sistema financiero europeo, siempre que exista una estrategia clara de adopción y educación tecnológica”, añade.
Privacidad: ¿Riesgo de “Gran Hermano”?
Uno de los puntos más sensibles sigue siendo la protección de la privacidad. La trazabilidad de una moneda digital despierta temores sobre un posible control excesivo por parte de las autoridades.
Finatti rechaza categóricamente estas preocupaciones: “El euro digital mantendrá los más altos estándares de confidencialidad. Tal como ha señalado Christine Lagarde, presidenta del BCE, las operaciones serán privadas y seguras, igual que ocurre con el dinero en efectivo“. La experta es categórica: “No existe riesgo de control generalizado. Las transacciones estarán protegidas por los mismos mecanismos de seguridad que el efectivo y bajo la supervisión del BCE”.
El desafío de la adaptación bancaria
Otro desafío clave será la capacidad de adaptación de las entidades financieras. “No todos los bancos están preparados para incorporar de inmediato este nuevo sistema”, reconoce la experta. “Si la adopción no es amplia, los beneficios podrían tardar en llegar”. Sin embargo, a medio plazo, las entidades podrán “reinventarse como guardianes de activos digitales dentro de un ecosistema financiero más moderno y transparente”
Agencias
 
									 
					
