El Regreso a la Cima Deportiva
NotMid 04/11/2025
DEPORTES
El tiempo del FC Barcelona en el “desierto” parece haber terminado, al menos en el ámbito deportivo. La temporada pasada, el club catalán se alzó con otro título de Liga en España, el segundo en tres campañas, poniendo fin a un trienio de sequía a principios de la década. Además, alcanzaron las semifinales de la Champions League por primera vez en seis temporadas. Y aunque la visita al Real Madrid resultó en derrota, el Barça había encadenado cuatro Clásicos consecutivos ganados en todas las competiciones. Son, de nuevo, una fuerza a tener en cuenta.
La Tormenta Extradeportiva: El Nacimiento de las ‘Palancas’
Como suele ocurrir en el fútbol, las dificultades del Barcelona en el campo estuvieron intrínsecamente ligadas a las preocupaciones fuera de él. La historia extradeportiva de los últimos años ha sido vertiginosa: un relato de costos y deudas disparados, de peculiaridades y artimañas financieras nunca vistas. Incluso ha dado lugar a un nuevo término en el léxico futbolístico: las ‘palancas’ o ‘levers’.
Estas “palancas” son un elemento clave en el panorama financiero actual del Barça, incluso algunas habiéndose “accionado” hace años. Tuvieron y siguen teniendo un impacto duradero en la economía del Camp Nou, al igual que las obras de remodelación que impiden al equipo jugar en su estadio.
Hacer un seguimiento de las finanzas del Barcelona ha sido casi imposible, el equivalente contable a enfrentarse a la Hidra: resuelves una transacción complicada e inmediatamente aparecen dos más. Si bien el club anunció una “recuperación económica y eficiencia operativa en todas las áreas” al presentar sus cuentas de 2024-25, la imagen real es, como siempre, mucho más matizada y compleja.
El Punto de Inflexión: La Venta de Neymar y el Gasto Desmedido
La posición del Barça luce más fuerte que hace tan solo un par de años. Hay una razón por la que la palabra “recuperación” es pertinente, y una razón por la que se necesitaron esas palancas. Para entender la complejidad de su situación actual, debemos remontarnos al evento que llevó las finanzas de uno de los clubes más ricos del mundo a su punto más bajo: la venta de Neymar.
El 4 de agosto de 2017, Neymar firmó por el Paris Saint-Germain, dejando al Barcelona 222 millones de euros (la tarifa más alta jamás pagada por un futbolista). La salida del brasileño parecía subrayar la salud financiera del club, que venía de seis años consecutivos de beneficios y con ingresos en crecimiento.
Sin embargo, lo que siguió no fue un auge, sino todo lo contrario.
- Colapso Operativo: El beneficio de 2017-18 fue irrisorio considerando el ingreso récord por la venta. El rendimiento operativo se desplomó, pasando de un beneficio de 10.5 millones de euros en 2016-17 a una pérdida de 176.8 millones de euros. El club no volvería a registrar un beneficio operativo hasta la temporada pasada.
- El Factor Central: Gasto en Jugadores: El hundimiento fue impulsado por un único factor: el gasto en personal y fichajes. El porcentaje combinado de salarios y amortización de fichajes respecto a los ingresos, que había estado consistentemente por debajo del 60%, se disparó al 81.3% en 2017-18. Esto significa que 81 céntimos de cada euro se destinaban al personal de fútbol o a las tarifas de traspaso.
El dinero de Neymar se gastó al instante, y más. Llegaron Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé por más de 100 millones cada uno, seguidos por Antoine Griezmann. Entre 2017 y 2019, el gasto en fichajes superó los 960 millones de euros.

El Contrato Astronómico de Messi
El gasto en salarios se vio impulsado, naturalmente, por estos fichajes caros, pero también por un evento sísmico: la renovación de Lionel Messi en noviembre de 2017. Los detalles filtrados revelaron que el acuerdo le daba derecho a un potencial de 555.2 millones de euros brutos durante cuatro años.
COVID-19 y la Caída Libre
La crisis generada por el gasto descontrolado se topó con el otro factor que dinamitó las finanzas: la pandemia de Covid-19. Con los estadios cerrados, el desequilibrio fue enorme.
- Los ingresos por día de partido cayeron de 174.9 millones de euros en 2018-19 a 23.7 millones dos años después.
- Los aplazamientos de salarios, como los acordados por Messi y otros, ayudaron, pero una reducción de 262 millones en los ingresos generales anularon esos ahorros.
- En 2020-21, el Barça registró una pérdida de 555.4 millones de euros antes de impuestos, el peor resultado financiero jamás registrado por un club. Este resultado, si bien reflejaba la mala gestión anterior, también fue en parte una decisión de la nueva directiva de Joan Laporta para “limpiar” las cuentas.
Las ‘Palancas’ y el Intento de Recuperación
Frente a la presión de La Liga y su límite de coste de plantilla (SCL), que llegó a ser negativo para el Barça, la directiva de Laporta tomó la decisión de vender activos a largo plazo para un impulso a corto plazo.
1 – Las Palancas de los Derechos de TV
En 2022, el Barça vendió el 25% de sus derechos de televisión de La Liga durante 25 años a Sixth Street, un grupo de inversión estadounidense, por un ingreso inmediato de 667.5 millones de euros.
- El Costo: Al vender estos derechos, el Barça renunció a una porción significativa de sus ingresos anuales. Si los derechos se mantuvieran estancados, la renuncia total ascendería a 1.000 millones de euros en 25 años, lo que equivale a un préstamo a 25 años con un interés del 3.5% (y más si el valor de los derechos aumenta).
2 – Las Palancas de Barça Studios (Barça Vision)
El club también vendió el 49% de Barça Studios (luego Barça Vision) a Socios y Orpheus Media por 200 millones de euros.
- Estas transacciones, junto con la segunda venta de derechos de TV, generaron una ganancia contable de 801.5 millones de euros en 2022-23, lo que permitió a La Liga aumentar el SCL por la misma cantidad y posibilitó la inscripción de fichajes como Robert Lewandowski.
- El Revés: Gran parte de ese impulso se ha revertido. Al no recibir los pagos completos de los compradores iniciales, el Barça tuvo que reconocer un deterioro (impairment) de 286.2 millones de euros en las cuentas de 2024-25 relacionadas con Barça Vision.
3 – La Última Palanca: Los PSL del Camp Nou
Para compensar las pérdidas y los reveses, el club vendió un ‘Personal Seat Licence (PSL)’ por 475 asientos VIP en el futuro Camp Nou, generando 100 millones de euros. Esto esencialmente vendió los derechos de uso de esos asientos por hasta 30 años a cambio de ingresos garantizados.

La Deuda del ‘Espai Barça’ y la Carga Financiera
El proyecto de remodelación del Camp Nou, el “Espai Barça”, ha sido una espiral de costos y demoras.
- El presupuesto original de 2014 era de 600 millones de euros. El plan aprobado por los socios en 2021 aumentó el límite de gasto a 1.500 millones de euros.
- Hasta junio de 2025, el proyecto ha costado 975 millones de euros en gasto de capital, y se espera que se necesite mucho más.
- Deuda Disparada: A pesar de una bajada contable reciente por un cambio en la manera de contabilizar el fondo de titulización, la deuda bruta del Barça se sitúa en 1.450 millones de euros, la más grande del fútbol mundial, una cifra que seguirá aumentando.
El Horizonte y el Camino a Seguir
El Barça registró una pequeña pérdida en 2024-25, pero alcanzó un primer beneficio operativo en ocho años (72.1 millones de euros). Los costos de fútbol han caído más de 120 millones de euros respecto a su pico de 2019, y los salarios como proporción de los ingresos están en un mínimo de 12 años (52%).
El crecimiento de los ingresos ha sido impulsado por el área comercial, gracias a grandes acuerdos con marcas como Nike y Spotify.
A pesar de los desafíos regulatorios con la UEFA y los reveses con las palancas, el club está volviendo a una estructura más sostenible. La reapertura total del Camp Nou, con sus 9.600 asientos VIP, es la clave para la estabilidad a largo plazo, ya que el club espera generar 250 millones de euros en ingresos anuales adicionales a partir de allí.
Fichajes de los equipos europeos (2024/2025)

La Paradoja del Gasto Reducido y la Deuda de Fichajes
La realidad de la reducción del gasto coexiste con decisiones que chocan con la idea de que el Barça recupere la estabilidad. El fiasco de Dani Olmo del año pasado es un claro ejemplo.
Fichado, como el trío de 2022, antes de que pudiera ser inscrito, la compra de 60 millones de euros al RB Leipzig solo se autorizó para jugar en la primera mitad de la temporada tras la lesión de larga duración de Andreas Christensen. Luego, en enero, cuando La Liga se opuso al reconocimiento de los ingresos por los asientos VIP, Olmo y el recién llegado Pau Víctor solo fueron inscritos gracias a la intervención del gobierno español.
A pesar de la reducción en el gasto de traspasos, la deuda neta por fichajes de 81.7 millones de euros a finales de junio es la más alta de La Liga. Esto refleja el gasto mínimo del resto de la división. El club aún debe sumas considerables por jugadores clave como Raphinha (42.3 millones), Olmo (33.7 millones) y Koundé (25.0 millones), además de Vitor Roque, Ferran Torres y Lewandowski. Los 100.2 millones de euros netos en cuotas de traspaso que vencen esta temporada estrangulan aún más la liquidez a corto plazo.
La Masía, el Tesoro Oculto y el Aumento Salarial
Incluso con fichajes como el de Olmo, el coste de la plantilla del Barcelona a finales de junio se sitúa fuera del top 15 mundial. El valor contable de sus jugadores es aún más bajo, de solo 188.9 millones de euros, pero el club se apresura a destacar en sus cuentas que esta cifra no guarda ninguna relación con lo que generarían si vendieran a algunos en el mercado actual.
El Barça afirma que el “valor razonable de (la plantilla) es más de 1.000 millones de euros superior a su valor contable neto”, lo cual, aunque subjetivo, probablemente no esté lejos de la verdad. Con talentos como Lamine Yamal, Gavi, Fermín López, Alejandro Balde y Pau Cubarsí, cuentan con varios productos de ‘La Masía’ con un valor contable mínimo que generarían enormes ingresos si fueran vendidos. El valor de transferencia de Yamal, por sí solo, se sitúa habitualmente por encima de los 300 millones de euros.
Reconocer esos valores de mercado impulsaría la posición financiera del Barça, pero probablemente reduciría su capacidad para competir, y la reticencia a vender estrellas fue parte de lo que les llevó a activar las palancas en primer lugar.
Retener a jugadores que costaron poco adquirir mantiene a raya el gasto en traspasos, pero la otra cara de la moneda es que esos mismos jugadores son conscientes de su valor y quieren ser remunerados en consecuencia. La masa salarial de la sección de fútbol vuelve a subir, con un incremento de 26.3 millones de euros (un 7%) la temporada pasada. Solo un mes del nuevo contrato de Yamal, que podría valer 40 millones de euros anuales, se incluyó en las cifras de la temporada pasada, por lo que otro aumento este año no sería ninguna sorpresa.
La Enigma de Laporta y la Auditoría Flotante
El Barcelona sigue siendo un enigma. En muchas otras empresas y clubes de fútbol, la reducción drástica de costes y el abandono de la generosidad financiera habrían sido la norma. No es así en Cataluña, donde, bajo la dirección de Laporta —en un cargo presidencial donde la popularidad es clave—, el Barça optó por encontrar formas cada vez más novedosas de recaudar dinero. Laporta se enfrenta a elecciones en 2026, y si el rendimiento deportivo no colapsa, se espera que consiga otro mandato.
La masa salarial de 510 millones de euros de la temporada 2024-25 solo fue superada por el PSG y el Manchester City en Europa, aunque esa cifra incluye el elevado coste de los jugadores de otras secciones deportivas del club, así como la numerosa plantilla no deportiva.
La situación dista de ser normal. La temporada pasada, incluso cuando las cifras subyacentes repuntaban, las finanzas del Barcelona estuvieron tan abiertas a interpretación que el club cambió de auditores no una, sino dos veces. Esto, sumado a la frecuencia con la que el Barça ha tenido que reformular las cuentas en los últimos tiempos, subraya que el club ha pasado varios años buscando soluciones novedosas a sus problemas financieros, lo cual rara vez es una buena señal de estabilidad.
La Presión Continúa: Deudas, Intereses y el Camp Nou
A pesar de que el club proyecta ingresos superiores a 1.000 millones de euros para 2025-26, este verano el Barça volvió a tener problemas con las reglas de La Liga. En agosto, la junta de Laporta tuvo que ofrecer activos personales como garantía para un préstamo de 7 millones de euros necesario para aumentar el límite SCL y poder inscribir a Marcus Rashford y al nuevo portero Joan García antes del inicio de la nueva temporada.
Abrir el Camp Nou y recuperar su capacidad lo antes posible es de vital importancia.
Las deudas son masivas. Aunque esto no es malo en sí mismo, el sombrío pasado financiero del club ha minado la confianza futura. Una parte de la deuda del Espai Barça se refinanció recientemente con un tipo de interés medio más bajo, del 5.19%, pero sigue siendo dos puntos más alto que el 3.2% al que el Real Madrid aseguró la deuda de su estadio. Con deudas tan elevadas, reembolsables durante décadas, unos tipos de interés más altos afectarán a la capacidad del Barça para competir con sus eternos rivales.
Es demasiado pronto para declarar que el Barcelona se ha recuperado de las profundidades en las que se hundió hace tan solo unos años. Los retrasos en el Camp Nou no indican una gestión fluida, ni tampoco las continuas batallas para cumplir con las normas nacionales y extranjeras. Los pasivos a corto plazo siguen superando con creces a los activos, y la rentabilidad general sigue siendo esquiva. El club sigue buscando formas alternativas de obtener fondos; el intento recientemente cancelado de celebrar un partido de Liga entre el Barça y el Villarreal en Miami, Florida, era atractivo en gran medida por el dinero que habría generado.
Sin embargo, la audaz estrategia de Laporta está funcionando en algunos aspectos. En el campo, el Barça vuelve a competir y a entretener. Bajo la dirección de Hansi Flick, cuenta con una plantilla joven y emocionante repleta de valor. La lección obvia, que se manifiesta ahora como hace dos décadas, es que les conviene confiar en su cantera en lugar de derrochar en traspasos.
Esto último estuvo a punto de arruinarles.
El viaje desde aquella locura ha sido fascinante.
¿Mes que un club? No bromeaban.
Reflexión Final: El Fútbol, la Contabilidad y la Identidad
La travesía financiera del FC Barcelona, marcada por el péndulo entre el despilfarro y las ‘palancas’, es mucho más que una simple crónica de contabilidad; es un reflejo de la lucha por preservar una identidad competitiva en el fútbol moderno. La institución, con su peculiar condición de club propiedad de sus socios, carecía de la red de seguridad que ofrece un dueño multimillonario, lo que obligó a Laporta a tomar decisiones de ingeniería financiera arriesgadas, priorizando el éxito a corto plazo en el campo sobre la prudencia a largo plazo en los balances.
El legado de estos años será la palabra “riesgo”. Riesgo al hipotecar ingresos futuros (derechos de TV), riesgo al depender de la valoración de activos intangibles (Barça Vision) y riesgo al asumir la mayor deuda hipotecaria del fútbol (Espai Barça)
Hoy, el club opera en un equilibrio precario: el talento inestimable de La Masía sirve de amortiguador deportivo y financiero, permitiendo la contención del gasto en fichajes. El crecimiento imparable del área comercial es el motor de ingresos. Sin embargo, la reapertura del Camp Nou sigue siendo el factor que definirá el éxito o el fracaso de toda la estrategia.
El Barcelona de hoy es una entidad que ha bailado al borde del abismo regulatorio, pero que ha encontrado, en su audacia financiera y su inagotable cantera, la fórmula para volver a ser relevante. La pregunta final no es si se han recuperado del todo, sino si la nueva estructura es verdaderamente sostenible o si las ‘palancas’ de hoy serán las deudas insostenibles del mañana. En cualquier caso, el Barça sigue demostrando, para bien o para mal, que es “Más que un club” en todos los sentidos, especialmente en el de las finanzas.
The Athletic/ Agencias
