NotMid 05/11/2025
EDITORIAL
Donald Trump está aplicando la revisión de la doctrina Monroe -«América para los americanos»- como instrumento de control estratégico para frenar la expansión de China en la región. El plan combina un decidido apoyo a gobiernos afines como el de Milei -al que ha rescatado con 20.000 millones de dólares- con el castigo a rivales ideológicos como la Venezuela de Maduro o la Colombia de Petro, sobre las que ejerce una contundente presión económica y militar. Bajo la premisa de la seguridad hemisférica y la guerra contra el narco, el presidente estadounidense ha lanzado una demostración de fuerza en el Caribe que pretende hacer valer la primacía de Washington en su patio trasero a través del despliegue de buques de guerra, los ataques contra el tráfico de drogas, la autorización de acciones encubiertas de la CIA y hasta una posible intervención terrestre contra el chavismo.
Un nuevo marco estratégico contra el que Pedro Sánchez vuelve a posicionar a España al reafirmar un papel de líder de la izquierda global que le alinea con Lula en la causa de una «alianza progresista iberoamericana» convertida en ariete antitrumpista. En ese sentido se entiende el acercamiento a México desde el indigenismo y el revisionismo histórico; en la búsqueda de una narrativa alternativa a la hegemonía de EEUU que solo acrecentará la ya honda fractura diplomática entre Madrid y Washington.
