NotMid 06/11/2025
USA en español
Las elecciones del 4 de noviembre tuvieron consecuencias tangibles en la gestión de ciudades como Nueva York y Minneapolis, en el precio de la electricidad en Georgia y en el Tribunal Supremo de Pensilvania. Pero, sobre todo, constituyeron la primera prueba real de la capacidad de los demócratas para frenar el segundo mandato de Donald Trump, reelegido en noviembre pasado.
En términos generales, el Partido Demócrata obtuvo resultados mejores de lo previsto. Sin embargo, una “buena noche” en las urnas no ha resuelto los persistentes problemas de estrategia del partido, que enfrenta una encrucijada ideológica.
El Entusiasmo Progresista: La “Victoria” de Nueva York
Comencemos en Nueva York, donde Zohran Mamdani, un político novato de 34 años, recibirá un presupuesto de $117 mil millones al asumir la alcaldía el próximo año. Su alta participación electoral sugiere un gran entusiasmo por su particular visión del socialismo, lo que representa una victoria rotunda para el ala izquierda del partido, crítica con la oligarquía.
Los demócratas que apuestan por el populismo económico de izquierda como respuesta a Trump tienen ahora un nuevo y destacado defensor. No obstante, este triunfo esconde una trampa: los candidatos presidenciales demócratas ganan invariablemente en Nueva York, un bastión donde nadie ha perdido desde 1924. Por lo tanto, la victoria de Mamdani no responde a la pregunta crucial de cómo deberían oponerse los demócratas a Trump ni cómo podrían recuperar el poder a nivel nacional.
El Pragmatismo Centrista: Lecciones de Virginia y Nueva Jersey
Los estados de Virginia y Nueva Jersey, que celebraron elecciones a gobernador, son termómetros mucho más fiables para que los demócratas busquen inspiración:
- Virginia (Gobernación): Abigail Spanberger ganó la gobernación con un margen de 15 puntos, mucho mayor de lo esperado. Aunque no fue una sorpresa —el último republicano que ganó allí con un correligionario en la Casa Blanca fue en 1973—, el resultado demostró su fortaleza.
- Nueva Jersey (Gobernación): Mikie Sherrill superó las encuestas que la daban como favorita por un estrecho margen y ganó con facilidad. Este resultado rompió una racha que se remontaba a 1961, demostrando la solidez del partido a nivel estatal.
Algunos demócratas, eufóricos, concluirán que el partido está en mejor forma de lo que creen los analistas y que las elecciones de medio mandato del próximo año están prácticamente aseguradas. Se equivocarían.
Las Tres Lecciones Clave para 2026
Entonces, ¿cuáles son las lecciones correctas que deben extraer los demócratas?
- Enfoque Económico y Accesibilidad: El primer paso es centrarse en la economía y la accesibilidad económica, como hicieron Mamdani, Sherrill y Spanberger, sintonizando con la principal preocupación del votante.
- Candidatos Idóneos para el Distrito: Es crucial elegir candidatos con perfiles que resuenen en sus distritos. Spanberger, exagente de la CIA, y Sherrill, expiloto de helicóptero de la Armada, demuestran un patriotismo y una trayectoria de servicio que neutraliza los ataques republicanos que acusan a los demócratas de “odiar a Estados Unidos.”
- Evitar el Establishment en la Convulsión: No es productivo presentarse como defensor del establishment en una época de gran convulsión social.
Al igual que hace un año, estas elecciones fueron menos un respaldo a un programa y más una expresión de frustración de los votantes.
La Peligrosa Tentación Socialista
El éxito momentáneo de asestar un golpe al presidente da un respiro a los demócratas de cara a las elecciones de medio mandato. Sin embargo, cuando ese alivio se disipe, seguirán enfrentándose a los mismos problemas: su partido se asocia con políticas sobre inmigración, cambio climático y raza que se alejan de las opiniones de los votantes que necesitan para ganar el poder a nivel nacional.
Al elegir a un socialista democrático como uno de sus principales candidatos en un escenario tan visible, los demócratas no han hecho más que agravar ese problema. La alegre campaña de Mamdani pudo hacer sentir bien a los neoyorquinos progresistas, pero su victoria podría, irónicamente, hacer sentir aún mejor a los estrategas republicanos de cara a la campaña nacional.
Agencias
