El plan de 28 puntos, tachado de “lista de deseos rusa”, somete a Volodímir Zelenski a un ultimátum: aceptar concesiones que pavimentan futuras invasiones o enfrentarse al abandono total de la Casa Blanca
NotMid 23/11/2025
OPINIÓN
XAVIER COLÁS
El gran mito militar zarista, Alexander Suvurov, inspiró a Vladimir Putin con la idea de que “un día decide el destino del país”. Tras cuatro años de guerra, y con el fracaso del efecto sorpresa de 2022, Putin se aferra ahora al desgaste y a un “plan de paz” impulsado desde Washington.
La presencia de Donald Trump en la Casa Blanca, reacio a seguir apoyando a Kiev, coloca al jefe del Kremlin ante un proceso negociador que, aunque insuficiente para sus objetivos imperiales, le ofrece una baza estratégica.
El Chantaje Americano a Kiev
Volodímir Zelenski tiene sobre la mesa una propuesta que, una vez más, parece una lista de deseos rusa. El objetivo ucraniano —que Rusia deje de matar— exige aceptar condiciones que, en opinión de los analistas, solo consiguen “pavimentar el camino para matarlos más eficazmente la próxima vez”.
Estados Unidos ha presionado a los aliados de la OTAN, y el mensaje a Zelenski es claro: si Kiev no firma el acuerdo de paz en los próximos días, afrontará uno “mucho peor” en el futuro. El chantaje incluye la amenaza de dejar de suministrar armamento y datos de Inteligencia.
Las Ambiguas Garantías de Seguridad
El acuerdo marco establece un alto el fuego y ofrece garantías de seguridad que emulan el Artículo 5 del Tratado de la OTAN.
- Promesa de EEUU: Washington afirma que un ataque armado significativo de Rusia al territorio ucraniano, a través de la línea de contacto acordada, sería considerado una amenaza a la seguridad transatlántica.
- Medidas: EEUU promete determinar las medidas necesarias, que podrían incluir el uso de la fuerza armada, asistencia de inteligencia y acciones económicas, previa consulta con sus aliados.
Esta ambigüedad obliga a Zelenski a confiar en que, tras un nuevo ataque ruso, intervendrán aquellos que se han negado a intervenir en el conflicto actual, una contradicción que Moscú celebra y que reduce la capacidad de disuasión occidental.
Desarme Forzado: La Obsesión Rusa
Uno de los puntos clave, y obsesión recurrente de Moscú, es la reducción del Ejército ucraniano. El texto filtrado obligaría a Kiev a limitar sus Fuerzas Armadas a 600.000 efectivos, aunque la pretensión rusa inicial era fijarlo en tan solo 85.000. Si Ucrania ha resistido desde 2022 es precisamente gracias a su ejército, un punto que el plan busca minar.
Otras condiciones maximalistas incluyen:
- Renuncia a los territorios “anexionados” (Crimea, partes del Donbás, etc.).
- Garantizar el estatus del idioma ruso y de la Iglesia ortodoxa rusa.
- Prohibición de la presencia de tropas extranjeras en territorio ucraniano.
El Doble Juego de Putin y Trump
La propuesta ha sido producto de la diplomacia amateur, orquestada por el gestor de inversiones ruso Kirill Dimitriev y el magnate inmobiliario estadounidense Steve Witkoff, ajenos a la diplomacia tradicional de sus respectivos gobiernos.
A pesar de que el plan incluye la mayoría de las peticiones rusas, Putin no ha mostrado prisa por iniciar un proceso negociador. La razón es simple:
“Aunque lo que hay sobre la mesa es demasiado humillante para el rebelde Zelenski, es insuficiente para el zar Putin“, que no invadió Ucrania en 2022 para obtener unas comarcas, sino para lograr la desaparición de Ucrania como Estado independiente y forzar el regreso de Europa a la época de las zonas de influencia.
La propuesta de paz es vista por Moscú como una fase más de la guerra, cuyo único interés es ser inasumible para Ucrania.
- Si Zelenski acepta, perdería las fortificaciones del Donbás, abriendo el camino a futuros avances rusos y convirtiéndose en un “cadáver político”.
- Si Zelenski dice no, concede a Trump una excusa para apartarse y a Putin una oportunidad para aprovechar ese abandono y continuar su avance hacia el corazón de Ucrania.
Agencias
