NotMid 27/11/2025
ASIA
El humo negro seguía saliendo en densas columnas de los edificios en llamas cuando amaneció este jueves en Hong Kong. El cielo tenía un tinte gris, cubierto por una lluvia fina de cenizas que caían sin pausa sobre las calles. El olor a plástico y materiales sintéticos quemados impregnaba el aire, pegándose a la ropa y a la piel de quienes se acercaban a la zona.
La magnitud del desastre lo convierte ya en la peor tragedia de Hong Kong en décadas: al menos 55 personas han muerto y más de 279 permanecen desaparecidas, según los recuentos provisionales. Las labores de rescate continúan y, con ellas, la macabra extracción de víctimas de los restos calcinados de los edificios.
Torres Convertidas en Antorchas
El fuego se declaró poco después de las 14:50 hora local del miércoles en el complejo residencial Wang Fuk Court, en el distrito de Tai Po, un conjunto de ocho torres de 31 plantas que alberga a cerca de 4.800 personas, en su mayoría personas mayores.
Las llamas se extendieron con una velocidad alarmante, avanzando por siete de los ocho bloques gracias a un “puente” inesperado: los andamios de bambú instalados para las obras de renovación, recubiertos por lonas y mallas. Esta combinación actuó como un combustible perfecto.
Testigos describen escenas casi apocalípticas: torres enteras convertidas en antorchas verticales, ráfagas de llamas saliendo por las ventanas y un rugido continuo de fuego y sirenas. Muchos residentes quedaron atrapados en sus viviendas cuando el humo bloqueó escaleras y ascensores.
Una Operación Agotadora y Fallos de Seguridad
Más de 800 bomberos han trabajado exhaustos para sofocar un incendio que ha permanecido activo por más de 20 horas. La emergencia fue elevada a “alarma nivel 5”, la categoría más alta del sistema de incendios de la ciudad.
Trágicamente, entre los fallecidos se encuentra el bombero Ho Wai-ho, de 37 años, quien perdió la vida tras un colapso parcial del edificio mientras participaba en las operaciones de rescate.
En los hospitales, más de una docena de personas permanecen en estado crítico con quemaduras severas o intoxicación por humo tóxico, lo que ha provocado una oleada de llamamientos a donar sangre.
Cuestionamientos y Detenciones
La rapidez con que se expandió el fuego ha puesto en cuestión los sistemas de seguridad. El secretario de Seguridad, Chris Tang, señaló que la propagación de las llamas fue “más rápida de lo permitido por las normativas”. Las primeras investigaciones apuntan a dos factores determinantes:
- Andamios de Bambú y Lonaje: Material tradicional pero altamente vulnerable al fuego que, junto con las lonas, aceleró la propagación vertical.
- Poliestireno: Usado para sellar ventanas y paneles, actuando como un potente acelerante.
El incidente ha puesto en jaque la regulación de viviendas antiguas y los estándares en remodelaciones. A ello se suman las declaraciones de varios supervivientes de que las alarmas de incendio no se activaron, dejando a muchos, especialmente personas mayores con movilidad reducida, sin aviso alguno.
Las autoridades han iniciado una investigación criminal por el incendio más mortífero en la historia de la ciudad, y tres personas —dos directores y un consultor de la empresa contratista— han sido detenidas por homicidio involuntario.
Agencias
