NotMid 27/11/2025
ASIA
Después de un par de noches durmiendo en un centro de detención en Shanghái por “infracciones contra el orden público”, el joven Li fue puesto frente a dos alternativas inaceptables: permanecer confinado en su domicilio durante un largo periodo bajo estricta vigilancia, o ingresar “voluntariamente” durante nueve días en un hospital psiquiátrico.
Fueron sus propios padres quienes le convencieron de optar por la segunda opción. Apenas puso un pie en el hospital, Li fue encerrado durante cinco horas en una pequeña sala donde, de manera sucesiva, psiquiatras entraron para interrogarlo acerca de los motivos que le habían llevado a salir a la calle a protestar contra el Gobierno. El joven está convencido de que aquellos supuestos facultativos no eran sino funcionarios disfrazados con bata blanca.
“Empecé a sospechar que esos hombres no eran médicos cuando me preguntaron si conocía al grupo de antipatriotas que, según ellos, operaba desde el Reino Unido aliado con espías británicos para organizar las protestas en China. Como yo había estudiado en Londres y fui uno de los participantes más activos en las movilizaciones de Shanghái, estaban seguros de que tenía algo que ver con esa historia que se habían inventado”, relata Li, a quien hemos cambiado el apellido por petición suya.
Li conserva recuerdos difusos de los días posteriores. Asegura que lo mantuvieron sedado con ansiolíticos y que, en alguna ocasión, le administraron olanzapina, un antipsicótico. Al término de los nueve días de reclusión, y sin que se le realizara ninguna evaluación psiquiátrica más allá del interrogatorio inicial, le diagnosticaron “trastorno de personalidad paranoide”.
El Origen: La Noche de Wulumuqi Road (Noviembre de 2022)
Li fue uno de los centenares de jóvenes que, en la madrugada del 27 de noviembre de 2022, tomaron Wulumuqi Road, una popular calle de Shanghái, para protestar contra las extremas restricciones pandémicas. Estas manifestaciones, catalizadas por la muerte de una decena de personas en un incendio en Urumqi (Xinjiang), donde las barreras de confinamiento dificultaron el rescate, se convirtieron en la “rebelión del folio en blanco”.
- Los cánticos: “Queremos libertad”, coreaban mientras sostenían folios en blanco, símbolo del rechazo a la censura estatal.
- La escalada: Cuando la Policía empezó a rodear a los manifestantes, algunos se atrevieron a dirigir sus críticas directamente al poder central, gritando: “No a la dictadura, queremos democracia”, e incluso, “Abajo Xi Jinping, abajo el Partido Comunista”.
Aquellas escenas ocuparon rápido las portadas de medios de todo el mundo. Ante el temor de que las movilizaciones se extendieran y pusieran en riesgo la estabilidad social, Pekín decidió adelantar los planes previstos sobre el levantamiento de los confinamientos masivos y la reapertura de fronteras.
Consecuencias Tres Años Después: Un Castigo Prolongado
Este jueves, tres años después de las mayores manifestaciones registradas en China desde Tiananmen, la intersección de Wulumuqi Road con Anfu Road amaneció con un despliegue policial notablemente superior al habitual. Esta vigilancia reforzada es una constante en el aniversario de un episodio borrado de la memoria oficial, pero no de la vida de los jóvenes que aún pagan las consecuencias.
Las represalias contra Li han sido sistémicas y devastadoras:
- “Primero me encerraron en un hospital psiquiátrico y falsificaron un informe con un diagnóstico inexistente.”
- “Después me expulsaron de la universidad y me retiraron el pasaporte.”
- “Mis padres fueron acosados durante meses por funcionarios locales.”
- “Cada vez que salgo de Shanghái, tengo que notificarlo en la comisaría de mi barrio.”
La Represión Sistémica
Otros cuatro testimonios recogidos por este periódico, que mantendremos en el anonimato, describen represiones similares por parte de las autoridades locales:
| Consecuencia | Testimonios Anónimos |
| Vigilancia y Detención | “Me confiscaron el móvil y estuve tres semanas bajo arresto domiciliario.” |
| Acoso Familiar | “Hostigaron a mi familia asegurando que fuerzas extranjeras habían reclutado a su hijo para provocar disturbios.” |
| Control Administrativo | “Hemos estado muy vigilados desde entonces… [pero] la gran mayoría de los que salimos lo hicimos únicamente para pedir el fin de los confinamientos.” |
Informes de organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional también reportaron numerosos casos de manifestantes detenidos, sometidos a vigilancia intensiva, expulsados de universidades o despedidos de sus trabajos.

El cineasta chino Chen Pilin, encarcelado desde enero de 2024.E.M.
El Caso del Cineasta Condenado
El cineasta Chen Pinlin (Platón), quien participó en las protestas y elaboró el documental Not the Foreign Force con grabaciones de Wulumuqi Road, fue detenido tras subir su trabajo a plataformas occidentales. Un año después, fue arrestado nuevamente y acusado formalmente de “provocar peleas y causar problemas”, un delito general utilizado frecuentemente para silenciar a disidentes.
En enero de este año, un tribunal de Shanghái condenó a Platón a tres años y medio de prisión tras un juicio a puerta cerrada.
La Policía logró identificar a cabecillas como Li requisando y revisando los teléfonos de los detenidos en Wulumuqi Road. Gracias a esos registros, los agentes localizaron grupos de coordinación en Telegram y Signal —aplicaciones bloqueadas en China—.
Tres años después de aquella noche, algunos de los jóvenes que se atrevieron a cuestionar las políticas de su Gobierno conviven aún con diagnósticos fabricados, expedientes universitarios truncados, pasaportes retirados y un futuro vigilado.
Agencias
