NotMid 22/11/2025
IberoAmérica
La COP30, celebrada en Belém, Brasil, concluyó con la aprobación de un acuerdo climático que, tras intensas negociaciones, omite la creación de una hoja de ruta concreta para abandonar los combustibles fósiles, a pesar de la presión ejercida por más de 80 países.
El documento, adoptado por consenso entre casi 200 naciones, se considera un compromiso mínimo que refleja las profundas divisiones globales, principalmente entre los países productores de petróleo y aquellos que exigen mayor ambición en la lucha contra el cambio climático.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, durante la cumbre climática en Belem (REUTERS/Anderson Coelho)
La Omisión Clave: Sin Calendario para Fósiles
El texto final, presentado por la presidencia brasileña, es notable por su silencio: no incluye ninguna mención explícita a un calendario para dejar atrás el uso de gas, petróleo y carbón. Este fue el punto más controvertido de la cumbre.
En su lugar, el acuerdo hace un llamado a acelerar la acción climática “de manera voluntaria”.
La resistencia de los países productores de petróleo y varias economías emergentes fue determinante. Rusia, India y Arabia Saudita, junto con otros Estados emergentes, bloquearon cualquier referencia a una salida programada de los combustibles fósiles.
“Nos hubiese gustado que hubiera mucho más, más ambición,” expresó el comisario europeo para el Clima, Wopke Hoekstra, resumiendo la decepción. Países como Francia, que calificó el acuerdo de “plano”, lamentaron la falta de avances sustanciales respecto a la COP28 de Dubái.
Por el contrario, más de 80 países, incluyendo a Colombia, Francia, España, Holanda y Kenia, defendieron activamente la necesidad de un calendario claro.
Compromisos de Financiación y Nuevas Fuentes
En el ámbito de la financiación, el acuerdo mantiene los compromisos alcanzados en la COP29 de Bakú:
- Urge a los países desarrollados a aportar USD 300.000 millones anuales a las naciones emergentes.
- Decide avanzar hacia un aumento de la financiación climática hasta USD 1,3 billones anuales para 2035, recurriendo tanto a fondos públicos como privados.
Además, el documento toma nota de la propuesta de la hoja de ruta Bakú-Belém, que sugiere nuevas fuentes de recaudación, como gravámenes al lujo, la tecnología y el material bélico, aunque sin establecer obligaciones concretas.

Desde la Cumbre del G20 en Johannesburgo, Lula destacó la COP30 (Leon Neal/Pool via REUTERS)
Otros Puntos Clave del Acuerdo
- Acuerdo de París: Reafirma el compromiso de limitar el aumento de la temperatura global a $1.5^{\circ}C$ respecto a los niveles preindustriales, si bien se reconoce que este objetivo resulta cada vez más difícil de alcanzar.
- Deforestación: Destaca la necesidad de conservar y restaurar los ecosistemas, con el objetivo de detener y revertir la deforestación para 2030.
- Comercio: Subraya que las medidas climáticas no deben convertirse en barreras comerciales injustificadas.
Reacciones y Contexto
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió el resultado desde el G20, afirmando que “la ciencia prevaleció, el multilateralismo ganó”, a pesar de que él mismo había elevado las expectativas al inicio de la cumbre. Por su parte, el jefe negociador chino, Li Gao, consideró el acuerdo un “éxito en una situación difícil”.
La sociedad civil tuvo una presencia notable en Belém, la primera COP celebrada en la Amazonía. Las manifestaciones pacíficas y la demanda de mayor participación de las comunidades indígenas pusieron de relieve la urgencia de la acción climática.
La COP30 evidenció las dificultades para avanzar hacia una acción climática verdaderamente ambiciosa y dejó en el aire la viabilidad de limitar el calentamiento global a $1.5^{\circ}C$, mientras el planeta se aproxima a ese umbral tras registrar los once años más cálidos de su historia reciente.
Agencias
