Peruanos expresaron su rechazo a la designación de José Jerí tras la vacancia de Dina Boluarte, asegurando que no pueden “esperar nada” de un presidente interino elegido sin renovar la mesa directiva del Congreso
NotMid 11/10/2025
IberoAmérica
LIMA. A menos de veinticuatro horas de asumir la Presidencia interina del Perú tras la vacancia de Dina Boluarte, José Jerí Oré enfrenta una inmediata y severa crisis de legitimidad. El descontento, liderado con especial énfasis por la Generación Z, se centra en una denuncia por presunta violación sexual (archivada en enero) y en cuestionamientos por supuestos actos de corrupción y enriquecimiento ilícito durante su gestión como congresista.
Aunque la salida de Boluarte generó alivio en algunos sectores, la designación de Jerí —miembro de la misma Mesa Directiva del Congreso— no ha traído el cambio esperado. La ciudadanía demandaba la renovación de la cúpula legislativa, buscando una figura sin antecedentes polémicos que pudiera liderar un gobierno de transición con verdadera legitimidad.
“Una Persona con Esas Denuncias no nos Puede Representar”
El reclamo social es frontal. Diversos sectores exigen la renuncia inmediata de Jerí, argumentando que las graves denuncias en su contra lo inhabilitan moralmente para representar a la nación.
“Me deja muchas dudas. Te digo, así, una persona con esas denuncias, ¿qué se puede esperar? De tener esperanzas con personas como esa, no”, manifestó un ciudadano a 24 Horas de Panamericana Televisión. Otra voz lo secunda: “Estamos en contra de este gobierno porque una persona con cargos de violación no nos puede representar… Regresamos a lo mismo”.
La Generación Z, protagonista de las recientes protestas, enfatiza que el nuevo líder debe encarnar la transparencia y la probidad, cualidades que le atribuyen a Jerí por los señalamientos de enriquecimiento ilícito y desacato a la autoridad.
Continuidad Política y la Frustración Ciudadana
La designación de Jerí sin la previa renovación de la Mesa Directiva del Congreso ha generado un sentimiento de inmovilismo y frustración. Los peruanos temen la continuidad política, percibiendo que el Legislativo, al elegir a uno de sus miembros cuestionados, avala el mismo sistema que permitió la crisis anterior.
“Todo está hecho un desastre. La asunción de Jerí no va a cambiar nada frente a la crisis de inseguridad”, lamentó una ciudadana. El consenso es que la clase política no ha aprendido la lección: “Me hubiese gustado que este Congreso también renuncie, porque son los mismos que permitieron que la presidenta continúe con su gobierno. Hoy nos damos cuenta de que son parte de la corrupción”, agregó otro ciudadano.
El Desafío Inmediato: Seguridad y Gabinete Técnico
En este contexto de presión social, los ciudadanos han dejado claras sus prioridades. Exigen a Jerí la conformación de un gabinete técnico basado en la meritocracia y la idoneidad profesional para enfrentar la ola delincuencial.
“Que termine con la delincuencia, el sicariato y todo eso. Para vivir tranquilo. Ya no puedes abrir un negocio o trabajar sin temor a que te asalten o te pidan cupo”, demanda un adulto mayor. La juventud, por su parte, espera “una persona que represente a la juventud organizada, que nos haga respetar y que frene la ola delincuencial”.
La respuesta a estas demandas será crucial. Bajo el lema “El pueblo no se rinde”, se ha convocado a una movilización para el 15 de octubre. La protesta, que originalmente apuntaba a Boluarte, ahora exige la salida de José Jerí, denunciando la insuficiencia del Gobierno ante la inseguridad, la corrupción y la impunidad. El presidente interino tiene un plazo de horas para demostrar que su mandato no será una simple prolongación del cuestionado statu quo.