El mandatario estadounidense regresó a la Asamblea General con un discurso crítico a las Naciones Unidas para destacar los logros de su segundo mandato en política exterior
NotMid 23/09/2025
USA en español
La 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas se ha convertido en un crisol de tensiones y un barómetro de los profundos cambios en el orden global. Con la crisis humanitaria en Gaza como tema central, la cumbre de líderes mundiales se ve marcada por un impulso diplomático sin precedentes en favor del reconocimiento del Estado palestino y una palpable incertidumbre sobre el futuro del papel de Estados Unidos en la arena internacional.
La crisis en Gaza y el impulso al reconocimiento palestino
La situación en Gaza, con su devastadora crisis humanitaria, ha monopolizado la atención de la comunidad internacional. En las últimas 24 horas, la presión diplomática ha alcanzado un nuevo nivel. Múltiples gobiernos europeos, incluyendo Francia, Bélgica, Luxemburgo, Malta y Mónaco, han anunciado su reconocimiento oficial de Palestina. Estas naciones se suman a Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal, que ya habían confirmado la medida. Este efecto dominó ha llevado a que casi tres cuartas partes de los estados miembro de la ONU reconozcan ahora a Palestina.
Este movimiento diplomático, promovido por países como Francia y Arabia Saudita, ha puesto de manifiesto una creciente brecha con la postura de Estados Unidos e Israel, quienes han optado por abstenerse de participar en las conferencias dedicadas al caso palestino. Mientras la mayoría de los líderes se preparan para ofrecer sus visiones sobre los desafíos globales, el tema del reconocimiento de Palestina y la solución de dos Estados se ha convertido en el eje central de las discusiones, eclipsando otros temas en la agenda.
El fantasma de Trump y su impacto global, incluyendo a Venezuela
El contexto de esta Asamblea General se complica aún más por la sombra de Donald Trump, cuya actitud hacia las organizaciones internacionales genera una profunda ansiedad entre los líderes mundiales. En los primeros ocho meses de su presidencia, Trump ha tomado medidas contundentes para desvincular a Estados Unidos de los organismos globales, siguiendo su lema “Estados Unidos Primero”.
El primer día de su último mandato, Trump emitió una orden ejecutiva retirando a EE. UU. de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A esto le siguió su decisión de poner fin a la participación estadounidense en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y ordenar una revisión exhaustiva de la membresía de Estados Unidos en cientos de organizaciones intergubernamentales. El objetivo de esta revisión es determinar si estas organizaciones se alinean con sus prioridades de política exterior.
Sobre Venezuela
La retórica y las acciones de Trump han tenido un eco particular en el caso de Venezuela. En su discurso ante la ONU, Trump arremetió directamente contra el gobierno de Nicolás Maduro, a quien acusó de liderar una “organización criminal” y defendió los ataques de EE. UU. contra “terroristas venezolanos” y sus redes de tráfico en el Caribe. Por su parte, el presidente Maduro no asistió a la Asamblea General. Esta confrontación verbal se produce en un contexto de tensiones crecientes, donde el gobierno venezolano ha intensificado el entrenamiento de civiles ante lo que considera una “guerra no declarada” de Estados Unidos. La situación en Venezuela, donde una Misión de Determinación de los Hechos de la ONU ha denunciado graves violaciones de derechos humanos, se mantiene como un punto de fricción importante en la agenda internacional.
Desafíos que ponen a prueba a los líderes mundiales
La tensión en la ONU es el reflejo de una realidad global cada vez más compleja. Además de la crisis en Gaza, los líderes mundiales se ven sometidos a prueba por las guerras insolubles en Ucrania y Sudán, la incertidumbre sobre el impacto económico y social de la emergente tecnología de inteligencia artificial y la antipatía de Trump hacia el multilateralismo.
La 80ª Asamblea General no es solo una reunión para debatir problemas; es una prueba de la capacidad de la comunidad internacional para unirse y afrontar desafíos existenciales. El apoyo al Estado palestino y la incertidumbre sobre la futura política exterior de Estados Unidos son dos de los hilos principales que tejen esta compleja narrativa. El resultado de esta reunión podría definir la forma del orden global durante los próximos años.
Agencias