Washington explorará los territorios ucranianos que poseen estos minerales y Kiev confía en su protección
NotMid 02/05/2025
MUNDO
Washington y Kiev han salvado los últimos escollos para alcanzar un acuerdo económico de cara a la explotación de reservas ucranianas de minerales raros. El acuerdo permitirá a Washington tener una participación financiera significativa en la producción minera de Ucrania. Donald Trump logra así un acceso prioritario para invertir en la extracción de minerales, petróleo y gas y Kiev asegura que no será a cambio de la ayuda del pasado. El acuerdo sobre minerales se alcanzó en un momento en que Estados Unidos dice estar cada vez más frustrado por los reparos de Moscú y Kiev en sentarse a la mesa para las conversaciones de paz. El primer ministro de Ucrania elogió el trato por ser “bueno e igualitario”.
Con el acuerdo, Ucrania abre una puerta a la inversión y a mantener en alguna medida a Trump de su lado. El principal punto de fricción en las negociaciones ha estado en si la ayuda estadounidense prestada a Ucrania desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala en febrero de 2022 se consideraría una deuda que Ucrania debía pagar. Kiev ha esquivado este requerimiento, que hubiese supuesto un castigo financiero para el país durante generaciones. Pero ha entregado su firma sin lograr sus ansiadas garantías de seguridad.
El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, dijo que el acuerdo “marca un hito importante en la asociación estratégica entre Ucrania y Estados Unidos destinada a fortalecer la economía y la seguridad de Ucrania”.
Rusia hizo su propia lectura del acuerdo. Desde el ala más radical del ‘putinismo’, el ex presidente ruso Dimitri Medvedev declaró que la firma de un acuerdo sobre minerales entre Ucrania y Estados Unidos significa que Trump ha obligado a Kiev a pagar por la futura ayuda militar estadounidense. De hecho no queda claro qué implicaría para el futuro del apoyo militar estadounidense a Ucrania.
EEUU sostiene que una presencia empresarial en el país será la mejor arma de disuasión ante Rusia. En Kiev pocos creen en esta ‘magia del capitalismo’ como garantía de seguridad, pero son conscientes de que al menos servirá para intentar evita que Trump siga viendo Ucrania como algo más que un desagüe de dinero, en contraposición con la idea que tiene de Rusia como terreno lleno de posibilidades para los negocios. Por su parte Serguei Markov, ex asesor del Kremlin, opinó que el acuerdo entre Washington y Kiev dificultaría que Rusia alcanzara sus objetivos en Ucrania a través de las conversaciones de paz porque Trump ha establecido un mecanismo para “justificar” nuevos gastos en la guerra.
Hay dudas sobre los réditos que sacara EEUU de estas materias primas ucranianas. Kiev incide en que las ganancias del fondo de inversión se reinvertirán en Ucrania. Según el primer ministro Shmyhal, la idea es crear un fondo igualitario entre ambos países por un periodo de 10 años. Solo la nueva ayuda militar estadounidense se contabilizará para la parte de EEUU, no la proporcionada desde 2022 o incluso antes, como pedía Trump. Shmyhal asegura que ambos países tendrán el mismo derecho de voto en el fondo y que Ucrania mantendrá el control total sobre su subsuelo, infraestructura y recursos naturales. “Gracias a este acuerdo, podremos atraer importantes recursos para la reconstrucción, impulsar el crecimiento económico y obtener las últimas tecnologías de nuestros socios y de un inversor estratégico”.
Alivio
En el Gobierno ucraniano y sus aliados hay algo de alivio porque el acuerdo supone una mejora notable respecto a versiones anteriores. Y sobre todo sirve para cimentar la idea de que Kiev puede trabajar con Trump. Kiev se esfuerza en vender públicamente el acuerdo como una inversión conjunta de cara al futuro, no como una entrega de parte del país en pago a la ayuda que recibió en el pasado. Pero lo cierto es que de cara a lo que está por venir no soluciona la necesidad más urgente: suministro de armas y munición, colaboración en Inteligencia y respaldo financiero y logístico a la guerra. Los ucranianos no han logrado incluir garantías de seguridad explícitas, como la continuación de la ayuda militar estadounidense a Kiev.
En la Casa Blanca creen que el acuerdo abre perspectivas a un alto el fuego. Pero mientras se firmaba los bombardeos volvieron a Ucrania. Un ataque con drones ruso en la ciudad portuaria de Odesa, en el mar Negro, mató a dos personas e hirió a otras 15. El bombardeo alcanzó edificios de apartamentos, casas particulares, un supermercado y una escuela.
“El presidente Trump concibió esta alianza entre los pueblos estadounidense y ucraniano para demostrar el compromiso de ambas partes con la paz y la prosperidad duraderas en Ucrania. Y, para que quede claro, ningún estado ni persona que financió o aportó suministros a la maquinaria bélica rusa podrá beneficiarse de la reconstrucción de Ucrania”, explicó desde EEUU el secretario del Tesoro, Scott Bessent, que en una entrevista con Fox Business se mostró convencido de que el acuerdo permitirá a Trump negociar con Rusia sobre una base más fuerte y acelerar la economía de Ucrania.
En febrero, Washington intentó imponer condiciones más duras que apuntaban a una expropiación de los recursos del país, exigiendo un acceso casi en exclusiva y sin compensación a los minerales y tierras raras de Ucrania. Trump ha basado su estrategia negociadora en la falsa premisa de que EEUU estaba financiando gratis a los ucranianos. Según la versión de EEUU, los europeos son los grandes beneficiados porque no aportaron ayuda sino que fueron proporcionado préstamos que han de ser devueltos con intereses. Diversos líderes europeos como Emmanuel Macron han disputado esta versión.
Agencias