NotMid 22/11/2025
MUNDO
El tratado de paz filtrado para poner fin a la invasión de Ucrania, impulsado por EEUU y Rusia, plantea un dilema existencial para Europa y Kiev: ¿pone fin al conflicto o prepara el terreno para una futura agresión? El documento, redactado en gran medida bajo la óptica de Moscú, parece inclinar la balanza hacia lo segundo, ofreciendo a Rusia una victoria política y territorial, y dejando a Ucrania vulnerable e indefensa.
La propuesta de 28 puntos no difiere sustancialmente de las exigencias que el Kremlin ha mantenido desde 2022, pero su novedad radica en el apoyo explícito de Donald Trump. El presidente de EEUU ha presionado a Ucrania con un ultimátum: la aceptación del texto implica la continuidad de la ayuda militar y de inteligencia; el rechazo, el cese inmediato. “A Zelenski tendrá que gustarle y aprobarlo,” sentenció ayer Trump.
El Sello Ruso y la Inmunidad Total
El documento, filtrado por Rusia, fue elaborado por dos figuras ajenas a la diplomacia tradicional: Steve Witkoff, enviado de Trump para Oriente Próximo, y Kiril Dmitriev, director del fondo soberano de Rusia. Los detalles conocidos lo revelan como un texto que dejaría indefensa a Ucrania ante un futuro ataque ruso y, lo más alarmante, otorgaría inmunidad judicial total a Putin y sus criminales de guerra.
Las sospechas de que el acuerdo fue redactado en el Kremlin se refuerzan con las inconsistencias lingüísticas. Luke Harding, de The Guardian, ha comprobado que la versión inglesa contiene errores típicos de transcripción del cirílico, como en el punto 3: «Se espera que Rusia no invada los países vecinos y que la OTAN no se expanda aún más». La construcción pasiva (“it is expected”) es un calco directo e inusual del ruso, que además compra la narrativa de la OTAN como motor del conflicto.
El Dilema de Zelenski y la Posición Europea
El punto más polémico y “tragalotodo” para Ucrania y Europa es la entrega del control de la región de Donetsk aún no ocupada a Rusia (punto 21). Mientras la representante de Ucrania en la ONU rechazó el acuerdo, el presidente Volodímir Zelenski se mostró críptico y bajo una presión inmensa:
“Ucrania podría enfrentarse a una decisión muy difícil: o bien perder su dignidad o correr el riesgo de perder un socio clave, o bien aceptar 28 puntos difíciles o bien afrontar un invierno extremadamente duro, el más duro de todos”, afirmó Zelenski.
En Europa, la reacción es de rechazo. Friedrich Merz, canciller de Alemania, se opuso con firmeza al plan argumentando que «la línea de contacto debe seguir siendo la base de cualquier negociación». Por su parte, Kaja Kallas, jefa de la diplomacia europea, resumió la postura de la Unión en dos puntos: «primero, debilitar a Rusia; segundo, apoyar a Ucrania».
Macron, Merz, Starmer y Von der Leyen buscan contrarreloj una versión alternativa del texto para convencer a Trump de la inaceptabilidad de la propuesta de Witkoff. Su plazo es el próximo jueves, día de Acción de Gracias en EEUU, la fecha límite marcada por Trump.
Desmantelando la Soberanía Ucraniana
A pesar de que el punto 1 del acuerdo afirma que «la soberanía de Ucrania será confirmada», el resto del articulado trabaja activamente para desmantelarla:
- Neutralidad Militar Impuesta (Punto 7): Ucrania aceptaría incluir en su Constitución la prohibición de ingresar en la OTAN, y la OTAN haría lo mismo en sus estatutos. Esto limita la soberanía de Kiev para decidir sus alianzas defensivas.
- Limitación de las Fuerzas Armadas (Punto 6): El ejército ucraniano se limitaría a 600.000 soldados, una reducción significativa respecto a sus 850.000 actuales.
- Injerencia en el Marco Educativo (Punto 20): Se obliga a Ucrania a adoptar normas de la UE sobre “tolerancia religiosa y protección de minorías lingüísticas”, un punto que roza la injerencia cultural.
- “Desnazificación” (Punto 20): La obligación de rechazar y prohibir “toda ideología y actividad nazi” es una peligrosa prolongación de la propaganda rusa, usada como excusa para deshumanizar al pueblo ucraniano e iniciar la invasión.
Garantías de Seguridad Vacías
El acuerdo es deliberadamente indefinido en el punto clave de las garantías de seguridad (Punto 5). Kiev recibiría garantías “fiables”, pero se impone la prohibición de que cualquier ejército extranjero ponga un pie en el país. Aunque EEUU se compromete a ofrecer garantías de seguridad, el texto descarta explícitamente la presencia de tropas occidentales, dinamitando cualquier plan de defensa al estilo de la “coalición de los dispuestos” liderada por Starmer y Macron.
La formulación de la garantía de EEUU se parece a los compromisos ya firmados en el Memorando de Budapest de 1994, que Rusia y EEUU no respetaron. Bridget Brink, exembajadora de EEUU en Ucrania, alertó en X: “Apaciguar a los dictadores nunca logra una paz duradera. No funcionó en 1938, y no funcionará ahora”.
El Instituto de Estudio de la Guerra concluye que este plan “cede toda la influencia occidental y ucraniana a Rusia”. Para analistas como Jessica Berlin, el texto “está diseñado para ser rechazado, de modo que Moscú y los aislacionistas estadounidenses puedan decir: ‘Ofrecimos la paz; Europa la rechazó'”
Agencias
