Las interrupciones del sueño frecuentes tienen relación con el estrés, la ansiedad, la depresión o hábitos como el uso de pantallas antes de dormir, y pueden afectar tanto la salud mental como física
NotMid 04/08/2025
Ciencia y Tecnología
Despertarse en medio de la noche es un problema común, conocido como insomnio de mantenimiento, y sus causas son variadas, desde el estrés y preocupaciones hasta factores físicos y hábitos poco saludables. Cuando estos episodios de vigilia se vuelven recurrentes, pueden afectar gravemente la calidad del descanso, lo que a su vez tiene un impacto significativo en la salud mental y física.
La calidad del sueño, y no solo la cantidad de horas, es un factor clave. La Fundación del Sueño de Estados Unidos la define a través de cuatro elementos:
- Eficiencia del sueño: La relación entre el tiempo que pasas dormido y el tiempo que estás en la cama.
- Latencia del sueño: Cuánto tiempo tardas en quedarte dormido.
- Despertares: La cantidad de veces que te despiertas por la noche.
- Despertar después del inicio del sueño: El tiempo total que pasas despierto después de haberte dormido.
Aunque es normal tener despertares breves que no recordamos, el problema surge cuando no podemos volver a conciliar el sueño.

Un sueño interrumpido genera síntomas como irritabilidad, falta de claridad mental y dificultad para concentrarse al día siguiente
Causas psicológicas y físicas
Diversos factores psicológicos y físicos pueden ser los responsables de estas interrupciones:
- Estrés y ansiedad: El estrés afecta las hormonas y los neurotransmisores, lo que puede causar un sueño fraccionado, despertar temprano y, en algunos casos, pesadillas. La depresión y el insomnio también están estrechamente relacionados.
- Hábitos poco saludables: El uso excesivo de redes sociales y dispositivos electrónicos antes de dormir expone a la luz azul, que interfiere con la producción de melatonina, la hormona del sueño. Los pensamientos negativos también pueden mantenerte en un estado de preocupación que dificulta el descanso.
- Factores físicos y de edad: Con el paso de los años, el sueño tiende a volverse más superficial. Condiciones médicas como el dolor, la apnea del sueño, el reflujo ácido, la necesidad frecuente de orinar y tener una habitación demasiado caliente son causas comunes de los despertares nocturnos.
La falta de un descanso continuo puede llevar a irritabilidad, problemas de concentración y confusión mental al día siguiente, y con el tiempo, puede estar asociada con el desarrollo de diversas enfermedades.
Si te despiertas con frecuencia y te cuesta volver a dormir, te recomendamos consultar a un especialista para identificar la causa subyacente y encontrar el tratamiento adecuado. ¿Te gustaría saber más sobre alguna de las causas mencionadas o los efectos a largo plazo del insomnio?

Un estudio internacional con 88.461 adultos halló vínculos entre malos patrones de sueño y 172 enfermedades
Recomendaciones para dormir toda la noche
Es importante distinguir entre los despertares nocturnos normales y aquellos que afectan de manera significativa la calidad de vida. Si las interrupciones del sueño se acompañan de cansancio persistente, dificultades para funcionar durante el día o síntomas de ansiedad y depresión, es fundamental consultar a un especialista en salud mental o medicina del sueño.
Las doctoras Valiensi y Monczor brindaron las siguientes recomendaciones para un buen descanso:
- Mantener horarios regulares de sueño: tratar de levantarse siempre en el mismo horario.
- Lograr condiciones ambientales adecuadas para dormir, como una temperatura confortable, oscuridad y silencio.
- Evitar comidas copiosas cerca de la hora de acostarse. No consumir cafeína después de las 17:00, ya sea en forma de café u otras bebidas.
- Evitar el alcohol, dado que puede fragmentar el sueño.
- Limitar sustancias estimulantes en horas de la tarde.
- Reducir el tiempo en la cama: “Si no se concilia el sueño en 20 o 30 minutos, cambiar de ambiente, relajarse y volver a intentar”, aconsejó Valiensi.
- Evitar siestas largas: que no superen los 30 minutos.
- Hacer ejercicio físico regular, preferentemente por la mañana.
- Disminuir la exposición a pantallas por la noche.
- Repetir rutinas nocturnas que preparen para dormir.
- Practicar relajación antes de acostarse.
- No automedicarse para dormir.
Agencias