Feijóo es el único en el PP que no puede decidir si sumar a Vox
NotMid 07/08/2023
OPINIÓN
JOSÉ IGNACIO TORREBLANCA
Y ahora, Aragón. El guion original de Castilla y León se replica a sí mismo por toda España: una vicepresidencia por aquí, una consejería del mundo rural por allá y un sazonado de fobias a la diversidad sexual, pines parentales y fomentos de la natalidad por acá. Igual que hizo Sánchez en noviembre de 2019 cuando pactó la entrada en el Gobierno de Pablo Iglesias, ahora es el PP el que nos pide tranquilidad. Solo les hemos dado carteras marginales, nos dicen: escucharán cosas raras sobre la violencia de género, el cambio climático o la inmigración, pero los adultos están al mando.
Si el PP se equivoca o es que no tiene alternativa no importa: en 2019, muchos socialistas entendieron que lo segundo venía primero y que lo primero ya se vería. En 2023 ya da igual: el PSOE de Sánchez está fusionado con Sumar y el resto del Frankenstein. Al PP le pasa lo mismo: cada veta verde que se pone solo tiene camino de ida. Pero con una gran diferencia: mientras que a estas alturas el PSOE puede permanecer en el poder sumando todo lo que no sea PP y Vox, incluyendo al golpista Puigdemont, no está nada claro que la suma PP-Vox pueda llevar a Feijóo a La Moncloa. Al contrario, la tóxica presencia de Vox, un partido cuyo gran reservorio de voto son los varones cabreados (su voto masculino, el 13,2%, dobla al femenino, un 5,9%), moviliza a los (se estima) 800.000 socialistas descontentos con Sánchez, a los jóvenes (sólo un 17,5% vota al PP; el 27,5%, al PSOE), a las mujeres (31,3% vota PSOE; 25,5%, al PP) y a un millón de catalanes.
Vox parece un buen negocio municipal y autonómico para los líderes territoriales del PP, pero uno muy malo para Feijóo en un país de centro-izquierda con nacionalistas y mujeres hartas del machismo. ¿Y si esto significara que todos en el PP pueden ser presidentes menos Feijóo, porque cuando más se acerca a La Moncloa, como le ocurrió el 23-J, más se aleja? La renuncia, ayer, de Vox a poner condiciones a la investidura de Feijóo no cambia las cosas: el PNV no puede convalidar con sus votos ese bloque, así que se trata más bien de una maniobra táctica de los de Abascal para que Feijóo no les endose su más que probable fracaso. Feijóo es el único en el PP que no puede decidir si sumar a Vox: tiene que llegar solo o no llegar. ¿Mala suerte o la medida de un estadista?