NotMid 16/12/2025
USA en Español
l tráfico marítimo de petróleo en Venezuela sufrió un brusco y caótico giro esta semana después de que Estados Unidos confiscara un supertanquero con cerca de dos millones de barriles de crudo venezolano. La acción legal y militar provocó que múltiples embarcaciones de gran capacidad decidieran cancelar sus operaciones y abandonar el área, buscando evitar potenciales acciones legales.
Efecto Dominó en el Comercio Marítimo
La intervención de las autoridades estadounidenses aceleró el retiro de buques VLCC (Very Large Crude Carriers) programados para cargar petróleo de la estatal venezolana PDVSA, magnificando la ya precaria situación del sector energético del país.
- El Origen del Incidente: El problema comenzó la semana pasada, cuando la Guardia Costera estadounidense interceptó y tomó el control de un supertanquero acusado de violar sanciones al transportar crudo venezolano. Fuentes de monitoreo de flotas indicaron que el buque navegaba bajo una bandera falsa y había sido sancionado previamente por participar en el comercio ilícito de crudo iraní.
- Repercusiones Inmediatas:
- Un buque cisterna de bandera de Benín, que transportaba unas 300.000 toneladas de naphtha (refinado crucial para procesar crudo pesado), cambió abruptamente su destino hacia Europa sin realizar la descarga programada en Venezuela.
- Al menos cuatro supertanqueros programados para recoger petróleo venezolano alteraron su ruta y ya no operan en puertos del país, según firmas de monitoreo como TankerTrackers.
- Petróleo Inmovilizado: Se estima que más de 11 millones de barriles de crudo venezolano permanecen inmovilizados a bordo de múltiples buques en la región, bien sea esperando nuevas instrucciones o en proceso de cancelar sus contratos de carga.
Solo los barcos fletados por la multinacional Chevron continúan operando y zarpando, ya que poseen una licencia especial de Washington que les permite operar bajo excepciones a las sanciones.

Imagen satelital del petrolero Skipper frente a Puerto José, Venezuela, antes de su incautación por parte de Estados Unidos (REUTERS/Planet Labs PBC)
Tensión Geopolítica y Ciberataques
El contexto de estas decisiones es de máxima tensión. Washington enmarca sus acciones en la lucha contra el narcotráfico y la defensa de la seguridad hemisférica, endureciendo la aplicación de sanciones para impedir operaciones energéticas que beneficien al régimen de Nicolás Maduro.
- Argumento de EE. UU.: Estados Unidos sostiene que sus objetivos son bloquear flujos ilícitos de drogas y productos energéticos, además de hacer cumplir las sanciones internacionales.
- Respuesta de Caracas: El régimen venezolano ha calificado la operación como “piratería” y “robo”, denunciando una escalada de presión que amenaza su principal fuente de ingresos internacionales.
- PDVSA Bajo Presión: La estatal petrolera venezolana informó también que enfrenta un presunto “ciberataque” que ha interrumpido sus sistemas administrativos y operativos, afectando la gestión interna y el manejo de exportaciones.

El petrolero Skipper, interceptado por autoridades estadounidenses, navega en el sur del mar Caribe tras ser incautado frente a las costas de Venezuela (AP)
Vulnerabilidad y Efectos Globales
El cierre de rutas habituales y el riesgo de incautaciones dejan a Venezuela casi únicamente dependiendo de Chevron para mantener sus exportaciones petroleras. Esta situación podría endurecer el pulso económico del país y complicar el abastecimiento de combustibles globales en un momento de volatilidad para el sector energético internacional.
La reorientación forzosa de barcos y las operaciones de presión en el Caribe envían señales claras sobre el alcance de la influencia estadounidense en el comercio global de energía y la vulnerabilidad de los países sujetos a sanciones multilaterales. El mercado petrolero internacional sigue de cerca estos acontecimientos y sus efectos inmediatos en la oferta de productos energéticos clave.
Agencias
