NotMid 24/07/2025
EDITORIAL
La ola de protestas en Ucrania contra la pérdida de autonomía de sus dos agencias anticorrupción es consecuencia de un error histórico del Gobierno de Volodimir Zelenski, y que ya le está pasando factura dentro y fuera del país. La urgencia con la que el Ejecutivo ha aprobado la nueva norma, que cercena la independencia de ambos organismos, evidencia su interés en proteger al círculo más cercano a Zelenski, sobre el que pesan cada vez más sospechas.
La maniobra es sangrante para una población que ha demostrado su madurez democrática y su deseo de integrarse cada vez más en Europa. Las explicaciones de Zelenski, que se justifica en que agentes rusos se habían infiltrado en los organismos, son imprecisas y confusas. La respuesta no puede ser en ningún caso atar las manos a las dos agencias antifraude. Los ucranianos están combatiendo por los valores democráticos y de limpieza institucional que esta decisión contradice. Sería una lástima que Zelenski malgastara el prestigio que se ha ganado con toda justicia al defender la legalidad y la libertad contra las agresiones de Putin.
Pero, además, Ucrania se juega el apoyo sin fisuras que hasta ahora ha tenido de la UE, y que podría ponerse en entredicho si no hay garantías de que se lucha con firmeza contra los abusos de poder. El pueblo ucraniano demanda una democracia ejemplar, y no hay ninguna duda de que la merece.