Sánchez organizó una sólida red de captación de fondos para el partido
NotMid 05/12/2024
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Los 37 primeros folios de pruebas que Aldama ha puesto a disposición del juez revelan varias cosas esenciales. La primera: que desde el mismo momento en que llegó al poder, Sánchez organizó una sólida red de captación de fondos para el partido, el Gobierno y el grupo más cercano al Señor Uno, los que iban con él en el cochecito: Koldo, Ábalos y Cerdán. La segunda, que esa red tenía como «nexo corruptor», como dice la UCO, a Víctor de Aldama, que operaba sobre cinco bases: los cuatro del cochecito y Delcy Rodríguez, fiadora de los primeros millones para alimentar la red.
La tercera, que desde el principio fue una red de financiación del PSOE con «cupos» de mordidas de obra pública, como el «cupo» vasco. Es el partido, no sólo el Gobierno, el que da garantías de cobro a las empresas que pagan. La cuarta, probada por la documentación de Aldama, es que los concursos de obra pública estaban previamente amañados en favor de las empresas sondeadas, marcadas en una lista con el color rosa -mordida segura- y azul, pendiente de negociación. Todos los concursos de carreteras son, por tanto, sospechosos de ilegalidad, y prueban una masiva corrupción funcionarial.
Y quinta: el nexo corruptor y coordinador de la red a todos los niveles, el Gobierno, el partido, dentro y fuera de España, es y sólo puede ser Sánchez. No hacía falta que el documental de las estaciones nos dijera que el Uno lo controla todo. Es que, sin su colaboración, ni Koldo, ni Ábalos, ni Cerdán, ni Aldama, ni, por supuesto, Delcy, hubieran dado un solo paso ni un solo euro. La garantía última de que las empresas que pagaban iban a recibir la adjudicación pactada era el presidente del Gobierno, imposible otro.
Los detalles escabrosos inundan lo ya mojado, así, el picadero del ministro amigo de Tito Berni, la casa para el jefe de gabinete de Marichús u otro inmueble para Ábalos, un piso de casi dos millones en la Castellana, que unir al casoplón de Cádiz, el piso de Jessica y cientos de miles de euros. Pero Ábalos era la mano derecha de Sánchez en el Gobierno, el PSOE y el Ministerio de la obra pública. Nunca pudo actuar a espaldas de Sánchez, porque habría caído. La comisión por favores políticos es la prueba decisiva, la pistola humeante de una corrupción sistémica, total. Pedían pruebas. Helas ahí. Y esto acaba de empezar.