NotMid 14/09/2023
OPINIÓN
RAÚL DEL POZO
La lucha política se ha convertido en una pelea de relatos, una novela de poder, basada en el storytelling, que es el arte o la técnica de contar historias. Los maestros de la política dejaron escrito que la conquista de las palabras es previa a la conquista de las instituciones, y que hay que expresarse como la gente, pero sin vulgarizaciones o malas palabras. Los romanos aconsejaban que la elocuencia consagrada a la verdad ha de ser austera y simple, sin intentar conmover a la turba o emplear la vulgaridad para adoctrinar a un auditorio inexperto.
Este Gobierno, al contrario de lo que enseñan los maestros de la retórica, utiliza el insulto y la vulgaridad para callar a sus adversarios y emplea malos modos, como se ha probado en la respuesta a dos ex presidentes, el uno de su cuerda, el otro de los de enfrente, que opinaron sobre las tragaderas del Ejecutivo ante la amnistía que preparan para lograr la investidura. Los dos han criticado al Gobierno con relatos parecidos y no están privados de la libertad de expresión, ni del derecho a manifestarse.
A Felipe González, el creador del partido en el que militan, no le insultan, pero le ponen a caldo en las redes sociales con cobardía y anonimato. Le llaman lacra, senil y corrupto. Dice uno de los que fueron suyos: «Nunca fue socialista. Es como los cardenales de Roma que jamás fueron cristianos». A José María Aznar, que llamó a la movilización social y vaticinó que si hay amnistía habrá respuesta de la sociedad civil, le desprecian y acosan llamándole asesino y golpista, siguiendo la consigna de la portavoz del Gobierno, que le llamó golpista para empezar la traca. A los dos ex presidentes les dedican injurias tabernarias, maniqueas y faltonas.
MAR, que ahora hace el mismo papel con la presidenta de la Comunidad de Madrid que hizo con Aznar, me dice: «Este Gobierno llama a Aznar golpista porque él ha pedido a la gente de bien que se levante contra Sánchez, contra los privilegios de los independentistas y contra los que atacan a España. Pues, vamos ¡a la rebelión!». Isabel Díaz Ayuso ha declarado que Sánchez está concediendo a los golpistas la condición de presos políticos. Ahora llaman rebelión nacional a la llamada que convoca el PP en defensa de la igualdad de todos los españoles, el domingo 24 de septiembre. No solo le niegan el derecho al pataleo, sino el derecho de manifestación y el de tomar la calle, que ya era hora.