La declaración judicial ‘a la indepe’ de Santos Cerdán ha dejado tocado al PSOE, pero el PNV también se ha llevado un buen golpe
NotMid 03/07/2025
OPINIÓN
LEYRE IGLESIAS
La entrada en la cárcel del máximo colaborador del presidente ha obligado a los socios del Gobierno a hacer muchos aspavientos. Es una situación un poco ridícula. Todos protestan -todos son puros- pero consienten. Aunque en el abanico de aliados hay algunas diferencias. La declaración judicial a la indepe de Santos Cerdán ha dejado tocado al PSOE, pero el PNV también se ha llevado un buen golpe. Y su herida sangra al menos por dos sitios.
Por un lado, Cerdán ha amenazado veladamente al partido al asegurar -es posible que falsamente- que su amigo de Servinabar, el empresario corruptor Antxon Alonso, fue decisivo para convencer al PNV de que apoyara la moción de censura contra Mariano Rajoy. Además, dos ramificaciones del lodazal salpican indirectamente al partido: su innegable vínculo con el empresario Iñaki Alzaga, socio de Antxon; y la comprensión de la Hacienda vizcaína con Alejandro Hamlyn, el empresario de hidrocarburos al que recurrió la fontanera de Cerdán, Leire Díez, en su operación para desprestigiar a la UCO.
El problema añadido para el PNV es que se encuentra en una situación endiablada, de difícil salida: gobierna el País Vasco, las diputaciones y muchos ayuntamientos gracias a su acuerdo con los socialistas, pero al mismo tiempo sabe que proyectar tolerancia hacia tanto mangoneo alimentaría aún más a su principal rival electoral. Hay que entender que, tras décadas de terrorismo, Arnaldo Otegi se exhibe limpio de toda corrupción.
Así que ¿habrá otro giro copernicano del PNV?
Por ahora los nacionalistas vascos afirman que solo abandonarán a Sánchez si el caso Cerdán da el salto a la financiación ilegal del PSOE o implica al Gobierno (como si no lo implicara ya). Invocan sus valores morales, su trayectoria de pulcra gestión. Lo mismo hizo Aitor Esteban el 31 de mayo de 2018 cuando, desde la tribuna del Congreso, anunció que abandonarían a Rajoy. Fue justo después de que Sánchez se comprometiera a gobernar con los Presupuestos -540 millones de euros para el País Vasco- que el partido acababa de aprobarle al PP. «La decisión del PNV no va ligada a los Presupuestos», proclamó Esteban para incredulidad general. La «ética», dijo, era su única motivación.
Hoy la historia se repite. ¡La ética manda! La clave, por ahora, es que el moribundo presidente materialice el traspaso al País Vasco de la gestión económica de la Seguridad Social. Luego ya se verá.