En pocas horas, el presidente arremetió contra Venezuela, los talibán, funcionarios públicos, Joe Biden y su propia fiscal general por no perseguir a sus adversarios políticos
NotMid 23/09/2025
USA en español
El presidente Donald Trump ha llegado a la Asamblea General de la ONU en Nueva York tras un fin de semana marcado por una serie de incidentes, exabruptos y decisiones controvertidas. La agitación, que coincidió con el funeral de su amigo Charlie Kirk, asesinado días antes, ha generado una creciente preocupación en el país por la deriva autoritaria y vengativa de su administración, así como por sus capacidades cognitivas.
Caos en las Redes Sociales y Confrontaciones Internas
El viernes, la jornada arrancó con una llamada al presidente chino, Xi Jinping. Aunque Trump aseguró que había logrado un acuerdo sobre TikTok, avances en la guerra de Ucrania y una futura visita a Pekín, la falta de confirmación de China dejó a la Casa Blanca expuesta a burlas y especulaciones.
El sábado, la situación escaló con un extraño mensaje en su red social, Truth Social. El presidente regañó públicamente a su fiscal general, Pam Bondi, por no actuar con la suficiente rapidez contra sus adversarios políticos, como el ex director del FBI James Comey y la fiscal general de Nueva York Laetitia James. El mensaje, con una redacción confusa, reveló una clara advertencia: el que no obedezca será despedido.
Este episodio culminó con el despido del fiscal de distrito de Virginia, Erik Siebert, quien se negó a procesar a los objetivos de la Casa Blanca por falta de pruebas. Trump afirmó que fue él quien lo despidió, desmintiendo la versión de la renuncia, y anunció su intención de nominar a una de sus abogadas personales, Lindsey Halligan, para el puesto, a pesar de su falta de experiencia.
Amenazas y Exabruptos en Múltiples Frentes
El fin de semana de Trump no se limitó a confrontaciones internas. En un lapso de 72 horas, lanzó amenazas a varios países y figuras públicas:
- Venezuela: Trump amenazó al país, exigiendo que “acepten de inmediato a todos los presos y personas de instituciones mentales” que han entrado a Estados Unidos, advirtiendo de un “precio incalculable” si no cumplen.
- Afganistán: Exigió a los talibanes que le entregaran la base militar de Bagram, que Estados Unidos abandonó en su retirada, amenazando con que “cosas malas les van a pasar” si no lo hacen.
- Figuras de la Televisión: Se regocijó por la cancelación de programas y atacó a figuras como David Letterman, a quien calificó de “PERDEDOR”.
- Restricción de Prensa: El Pentágono anunció un cambio en sus reglas para los periodistas, advirtiendo que cualquiera que publique información no aprobada perderá su acreditación, una medida que contrasta con la defensa de la “libertad de expresión” de su administración.
Confusiones, Insultos y Conspiraciones
La semana también estuvo marcada por una serie de errores y comentarios ofensivos. Trump confundió en varias ocasiones a Azerbaiyán con Albania y Camboya, y se jactó de una mediación de paz inexistente con Armenia. Además, no tuvo reparo en asociar a la congresista Ilhan Omar con delincuentes y en pedir a sus seguidores que no sintieran “ninguna pena” por la salud del ex presidente Joe Biden, a quien calificó de “mala persona”.
Este panorama de caos se vio intensificado por la pelea en redes sociales entre el principal funcionario antiterrorista de su gobierno y Laura Loomer, una figura clave del movimiento MAGA. A pesar de todo, la cita de su amigo Tucker Carlson parece resumir la situación: “Trump no está fuera de control, está fuera de su control”.
Agencias
