Con la convocatoria del 8-J, Feijóo hace una apuesta política que le compromete. España necesita revertir la degradación
NotMid 30/05/2025
EDITORIAL
La degradación de la moral pública que arrastra nuestro país ha llegado a una cota desconocida esta semana al trascender la operación en los bajos fondos que la fontanera socialista Leire Díez ha desplegado para atacar a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y a distintos fiscales Anticorrupción con el fin de echar por tierra los procesos judiciales que afectan al presidente del Gobierno, a su entorno y al partido.
Al propio escándalo se suma la total ausencia de explicaciones por parte de la Moncloa y de Ferraz. No hay rendición de cuentas ni opera el mínimo respeto a los ciudadanos. Lo que impera es el atrincheramiento y los ataques.
Mientras Pedro Sánchez no se pronuncia, la cúpula del PSOE ha abierto finalmente un expediente a la «militante» Díez. Pero lo ha hecho a rastras, presionado internamente, y en unos términos de los que se desprende que la intención pasa más por protegerla a ella, atacando a los medios de comunicación que han desvelado sus movimientos, que por defender la honorabilidad del partido.
Al mismo tiempo, en pleno terremoto en la UCO, tampoco hay explicación alguna sobre la dimisión del secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, mano derecha del ministro de Interior, que será llamativamente sustituido por una figura de reseñable lealtad orgánica al PSOE como es Aina Calvo. El silencio de la directora general de la Guardia Civil, Mercedes González, también es atronador.
En este contexto de sucesión de investigaciones judiciales en torno al PSOE, y de nuevas informaciones sobre los distintos encuentros convocados por Leire Díez -a la que este periódico mostró en un vídeo de enorme relevancia informativa reuniéndose con Rubén Villalba, el comandante de la Guardia Civil imputado en el caso Koldo-, el presidente del PP dio ayer un paso adelante y convocó a los ciudadanos a manifestarse contra el Gobierno el próximo 8 de junio en Madrid, sobre la idea de «cloacas o decencia, democracia o mafia».
La decisión de Alberto Núñez Feijóo es sin duda una apuesta política que le compromete, pues pretende liderar en la calle la amplia indignación social contra el Gobierno, abriendo la convocatoria también a los simpatizantes de Vox y a los críticos del PSOE que, en la línea del ex presidente de Aragón Javier Lambán, piden una convocatoria de elecciones. La cita servirá, además, para medir la unidad y la fortaleza del PP, que un mes después celebrará su congreso nacional para rearmarse políticamente en torno a Feijóo.
La situación es crítica. Como ayer resumió José María Aznar, “España está en manos de los bajos fondos”. Entrevistado por el director de este periódico, Joaquín Manso, durante la clausura del ciclo de la Fundación Faes Hacia dónde va la relación trasatlántica, el ex presidente auguró que la legislatura durará aún dos años, por lo que aconsejó a su partido «cabeza fría y tensión vital máxima».
Sin duda, el país necesita una alternativa confiable que haga de la auténtica regeneración democrática y de la unión frente a la división los hilos conductores de su futuro.