NotMid 12/10/2022
OPINIÓN
RAÚL DEL POZO
Con pantalón vaquero y en mangas de camisa ha vuelto al plató, después de un año luchando contra el cáncer de mama, la valerosa Ana Rosa Quintana. El presidente del Gobierno ha celebrado su reaparición. La estrella que madruga ha regresado con una exclusiva: la entrevista a Alberto Núñez Feijóo, al que le ha preguntado: «¿Ha hecho algo bueno Sánchez en su mandato?».
El líder de la oposición ha contestado: «Saber mantenerse en el poder». Aclaró que un presidente que sacó ciento y pico de escaños fue capaz de meterse en el poder con aquellos que dijo que jamás podría a gobernar, ni podría dormir. No dijo que es de temer un político que estuvo acorralado, se vino arriba y es el que manda en el PSOE y en trigobierno.
Pedro Sánchez sería para temer, por Feijóo y por sus propios barones, si no estuviera acosado por tantos abucheos, silbidos y pataleos. Si las torres se miran por su sombra y los políticos por sus detractores, Sánchez es una torre. Pero sigue acorralado y embestido sin descubrir qué es lo que en él provoca rechazo.
Plutarco ya dio el diagnóstico de un político despreciado: «El charlatán pretende hacerse amar y sólo consigue ser aborrecido; quiere ser obsequioso y no logra sino hacerse inoportuno; quiere hacerse admirar y se pone en ridículo; ofende a sus amigos, sirve a sus enemigos y labra su propia perdición».
Que Feijóo se aplique el cuento y su propia moraleja sobre la resistencia de Sánchez cuando se trata de mandar, tendrá que llegar a acuerdos con el que sabe mantenerse en el poder y ha engañado a todos, amigos y adversarios.
No debiera llamar renovación al reparto de los jueces, ni reducir el escándalo de las Salesas al repartimiento de puñetas. El mamoneo del bipartidismo ya no es igual que siempre. Los dos grandes partidos necesitan peligrosos aliados.
Para Galdós las restauraciones de la Historia de España terminan en el turnismo de dos partidos. Que se olvide Feijóo de ser Cánovas. Las uvas de la parra de Moncloa no están tan maduras para él como parecen. Si pretende no gobernar con Vox, ha de saber que Sánchez está dispuesto a seguir en el Frankenstein hasta que todo se hunda.