NotMid 12/12/2025
EUROPA
La primera huelga general celebrada en Portugal en 12 años ha sumido al país en una “guerra total de cifras”, confrontando el “completo éxito” proclamado por los sindicatos contra la versión de un paro “totalmente minoritario” defendida por el Gobierno conservador de Luís Montenegro.
El detonante de la movilización, que tuvo lugar este jueves, es un anteproyecto de ley que busca revisar la legislación laboral, aunque su debate aún no ha comenzado. Sin embargo, el consenso entre los medios portugueses apunta a que la protesta logró un impacto significativo, especialmente en los sectores clave de transporte, sanidad, educación, cultura y administraciones locales, dificultando seriamente el desplazamiento a los centros de trabajo.
Impacto Masivo vs. Economía “Funcionando”
Los sindicatos convocantes, liderados por la CGPT y la UGT, calificaron la jornada como “el mayor paro de la historia”. Sus estimaciones son dramáticas: cerca de tres millones de trabajadores no acudieron a sus puestos de trabajo de un total de 5,3 millones de activos. Aducen que gran parte de esta adhesión fue forzada por el colapso de la movilidad:
- El metro de Lisboa se detuvo.
- El aeropuerto de Faro cerró sus puertas.
- Los transportes se vieron afectados en más de un 90%.
“El país paró”, declararon enfáticamente los portavoces sindicales.
La capital, Lisboa, amaneció con una imagen atípica, según la agencia Lusa: sus principales arterias, habitualmente saturadas, estaban despejadas, reflejando la alteración drástica del ritmo de la ciudad.
El Sector Público, la Adhesión más Contundente
El sector público experimentó un paro de dos días que se prolonga hasta este viernes y que está resultando casi general. A primera hora de la mañana, muchos colegios portugueses permanecían cerrados y el 90% de los comedores universitarios y politécnicos no funcionaban, según datos del Sindicato Independiente de Trabajadores de Organismos Públicos y Apoyo Social (Sitopas).
En el otro extremo, el Gobierno de centroderecha y la patronal (CIP) insistieron en que “la economía ha funcionado” y que “no se han parado las empresas”. El Ejecutivo rebajó las cifras de seguimiento en la función pública a menos de un 10% de los trabajadores, calificando el paro general de “minoritario” e “insignificante”.
El Motivo: Una Reforma Laboral Controvertida
El origen de esta confrontación es la reforma laboral propuesta por el Gobierno, que la izquierda y los sindicatos tachan de precarizadora. Argumentan que el anteproyecto favorece el despido y reduce derechos fundamentales de los trabajadores.
Ante la falta de voluntad del Gobierno para dar marcha atrás, la UGT ya ha lanzado una advertencia clara: amenaza con repetir la huelga general si no se retira la polémica legislación. La pulseada por el futuro laboral de Portugal no ha hecho más que empezar.
Agencias
