La iniciativa rusa para anexar solo dos regiones clave divide a los líderes mundiales y pone a prueba la alianza occidental.
NotMid 17/08/2025
MUNDO
Vladímir Putin ha lanzado una audaz propuesta de paz a Donald Trump, ofreciendo un armisticio en Ucrania a cambio de que Moscú se anexe las regiones de Donetsk y Luhansk. Esta iniciativa, presentada durante una cumbre en una base militar de Alaska, ha sido recibida con complacencia por el expresidente estadounidense, pero ha encendido las alarmas en Kyiv y las capitales europeas. El plan de Putin representa un cambio táctico en sus demandas iniciales, que incluían la anexión de otras dos regiones, Jersón y Zaporiyia. Sin embargo, su nueva oferta no ha logrado calmar las preocupaciones de una escalada militar, sino que ha puesto de manifiesto profundas fisuras en la coalición que apoya a Ucrania.

Donald Trump y Vladimir Putin se saludan en la base de Elmendorf-Richardson (Anchorage, Alaska)
Un giro inesperado en la mesa de negociaciones
Desde el inicio de la invasión en febrero de 2022, la postura de Putin ha sido inflexible. El líder ruso ha sostenido un “sueño imperial” para su país, afirmando que Ucrania forma parte de los dominios de Moscú y que la tierra que pisa un soldado ruso “es de Rusia”. Inicialmente, sus exigencias para un acuerdo de paz incluían la anexión de cuatro regiones ucranianas: Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia. Esta demanda fue categóricamente rechazada por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y sus aliados europeos.
Sin embargo, en un movimiento que muchos analistas consideran una jugada maestra para explotar las tensiones políticas entre EE.UU. y Europa, Putin ha suavizado su postura. En su reunión con Trump, propuso que el conflicto se resuelva si Ucrania cede únicamente las regiones de Donetsk y Luhansk, que han sido un foco de enfrentamientos desde 2014. Además, sugirió que las líneas de combate en Jersón y Zaporiyia se congelen, sin una anexión inmediata.

Volodimir Zelensky y Friedrich Merz se saludan en Berlín (Reuters)
La reacción de Trump: ¿complacencia o pragmatismo?
Al concluir la cumbre, Trump no ocultó su satisfacción. “Se acordaron muchos puntos, y solo quedan unos pocos”, afirmó, validando así la propuesta del Kremlin. Este respaldo diplomático a Putin contrasta fuertemente con los compromisos previos que había asumido con Zelenski y los líderes europeos. Anteriormente, Trump había sugerido que cualquier negociación con Rusia debía comenzar con una tregua, pero tras su encuentro en Alaska, cambió su postura, argumentando que era mejor ir directamente a un “Acuerdo de Paz” sin un alto el fuego previo, una posición que claramente beneficia el actual esfuerzo bélico de Moscú.
En un mensaje en su red social, Trump explicó su cambio de opinión, señalando que “la mejor manera de poner fin a la terrible guerra… es llegar directamente a un Acuerdo de Paz, que pondría fin a la guerra, y no a un simple Acuerdo de Alto el Fuego, que a menudo no se sostiene”. Esta declaración ha sido vista por muchos como un espaldarazo a la estrategia de Putin, quien busca legitimar la toma de territorio ucraniano a través de la diplomacia.

Europa y Ucrania en estado de máxima alerta
La iniciativa de Putin y el respaldo de Trump han causado una profunda inquietud en Europa. Los líderes del continente, incluyendo a Emmanuel Macron de Francia, Olaf Scholz de Alemania, Giorgia Meloni de Italia y Keir Starmer del Reino Unido, no están dispuestos a aceptar que un acuerdo definitivo con Rusia sea mejor que una tregua inmediata. Durante una llamada telefónica con Trump tras la cumbre, hubo más “silencios que réplicas”, y la subsiguiente emisión de un comunicado oficial que no avala la posición de Washington subraya la división.
Por su parte, el presidente Zelenski ha sido claro: Ucrania no cederá ninguna de sus regiones a Rusia para firmar un armisticio. Las exigencias de Putin, que también incluyen la no adhesión de Ucrania a la OTAN y el cese del flujo de armas e inteligencia del Pentágono, son inaceptables para Kyiv y sus aliados. Zelenski se enfrenta a un dilema: no puede ceder a las presiones de Putin y Trump, pero tampoco puede permitirse una ruptura con un aliado tan vital como Estados Unidos.
La inminente reunión de Zelenski con Trump en la Casa Blanca se perfila como un momento decisivo. La última vez que se encontraron, la tensión fue palpable, y nadie quiere repetir esa experiencia. Zelenski sabe que no puede regresar a Kyiv con un armisticio que le ha sido “dictado” por Putin y validado por Trump. El futuro de la guerra y la soberanía de Ucrania penden de un hilo, mientras el mundo observa si la alianza occidental puede superar este nuevo desafío diplomático.