Von der Leyen denuncia su “rusificación forzosa” y el proceso de “reeducación ideológica” que sufren al menos 19.553 menores raptados por Moscú
NotMid 24/09/2025
MUNDO
El secuestro y traslado forzoso de niños ucranianos a Rusia ha sido calificado como un crimen de genocidio y un intento sistemático de borrar la identidad cultural de Ucrania. La cifra es alarmante: 19,553 menores han sido identificados como secuestrados. Este crimen llevó al Tribunal Penal Internacional a emitir una orden de arresto contra Vladimir Putin y su comisionada para los Derechos del Niño, Maria Lvova-Belova, el 17 de marzo de 2023.
La propaganda del Kremlin ha intentado camuflar este crimen de guerra como un “gesto humanitario”, alegando que los niños son trasladados por su seguridad. Sin embargo, el Departamento de Estado de EE.UU. lo ha denunciado como un esfuerzo del Kremlin por “borrar la existencia de Ucrania como Estado”. Rusia está utilizando la reubicación forzosa, la reeducación y la adopción de estos niños como herramientas para suprimir la identidad, historia y cultura de Ucrania.
Un Proceso de “Desucranización”
La supuesta razón de Putin para invadir Ucrania era proteger a los rusoparlantes, pero la realidad en los territorios ocupados es muy diferente. Las tropas rusas han prohibido el uso del ucraniano y han invertido enormes recursos en la reeducación de los niños en campamentos de corte militar. En estos centros, se les enseña a odiar su propia cultura y se les impone una rusificación ideológica que presenta la guerra como una “liberación”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó este acto de secuestro de menores como “el horror que más duele”. En un discurso titulado Restaurando la Infancia y la Humanidad en la ONU, enfatizó que este es un intento de borrar la identidad ucraniana, no solo en el presente, sino en el futuro.
Adopciones Forzadas y Militarización
Muchos de estos niños no son huérfanos. Rusia los ha separado de sus padres en “campamentos de filtrado”, donde se les miente diciendo que sus familias los han abandonado. Posteriormente, son entregados a familias rusas e incluso se les otorga la ciudadanía rusa. La documentación sobre estos casos es masiva y concluyente.
Además de la supresión cultural, los menores están siendo sometidos a una militarización forzosa. Una investigación de Yale HRL ha identificado más de 200 instalaciones en las que los niños reciben entrenamiento militar, incluyendo el manejo básico de armas y la fabricación de drones. Estas actividades, canalizadas a través de organizaciones juveniles como Yunarmiya, buscan preparar a los menores para el servicio militar o civil bajo la Federación Rusa.
La Respuesta de la Comunidad Internacional
Frente a esta crisis, Ursula von der Leyen anunció un plan de acción para poner a estos niños “en la primera línea de la agenda mundial”. La UE destinará 200 millones de euros para comidas escolares en Ucrania y cofinanciará, con UNICEF, más de 10 millones para la recuperación y educación de los menores que logren regresar. Además, se apoyará a la Fiscalía ucraniana para asegurar que se haga justicia.
Estos esfuerzos buscan no solo ayudar a los niños afectados, sino también enviar un mensaje claro de que la comunidad internacional no permanecerá pasiva ante crímenes que atentan contra la infancia y el futuro de una nación.
Agencias