Sánchez no prendió Madrid porque Madrid en este asunto lleva meses encendida sin contar con él o su bengala, como es normal. Que aproveche el rebufo es otro asunto
NotMid 16/09/2025
OPINIÓN
ANTONIO LUCAS
En su afán de ocupar todo el espacio público posible de España hacia fuera (dentro la cosa está malita), Pedro Sánchez acelera a su favor la decencia de situarse al frente de la repulsa por el genocidio que el Gobierno de Netanyahu perpetra contra la población civil palestina. Hasta ahí, como millones de europeos, estoy en línea. El inconveniente, el grosero espesor de su intifada, es la decisión cimarrona de traspasar el frente institucional (su sitio y su travesía del río hasta el mar) para situarse también en la cabecera de las manifas y de la calle. A un presidente del Gobierno, el que sea, conviene recordarle de cuando en vez que no es uno de los nuestros, pues es algo imposible aunque lo votases.
Claro que hay algunas certezas generales en esta hora de la historia: Netanyahu es un adalid del exterminio y Europa es una vergüenza por la inoperancia, la cobardía y la miniatura. Europa no es (de nuevo) lo que esperábamos. A quién puede extrañar después del papelón sonrojante y desidioso en la Guerra de los Balcanes. Pero a lo que voy: Pedro Sánchez cometió el error de hacer creer a no sé quién que estaba agitando las calles contra el final de la Vuelta. Esta es una táctica política de escapada y disimulo. Por eso conviene detenerse a pensar esto otro: las calles no salieron al toque de silbato de Sánchez porque en la condena del crimen masivo nadie lo necesita: ni el puñadito de radicales capaz de estropearlo todo ni la mayoría amplia que sabemos estar en la protesta sin adoquín en la mano.
En el caso de Sánchez es preferible que resuelva, por coherencia, las relaciones económicas que España mantiene con el Israel de Netanyahu. Ahí es donde favorece, no aprovechando las corrientes de aire para hacerse sitio en las fotos de pancarta. Nadie le cantará aquello de Vienes quemando la brisa/ con soles de primavera/ para plantar la bandera/ con la luz de tu sonrisa. Atrás quedó tanta lírica guerrillera y su arrope. Y a la vez digo: también es mejor estar de frente y en peligro contra la vergüenza histórica que de perfil y al abrigo por salvar la cadera.
Sánchez no prendió Madrid porque Madrid en este asunto lleva meses encendida sin contar con él o su bengala, como es normal. Que aproveche el rebufo es otro asunto. Y que encuentre en hacer ruido fuera la posibilidad de marcar la agenda que dentro es otro capítulo de su islario de supervivencia. A donde quiera que uno vaya, la masa ha llegado antes. La rebelión es así, lo otro es oportunismo.
