La escudería del energizante decidió terminar repentinamente con el ciclo del británico luego de dos décadas
NotMid 09/07/2025
DEPORTES
Red Bull Racing atraviesa uno de los periodos más inestables desde su irrupción en la Fórmula 1. El despido de Christian Horner como jefe de equipo marca un punto de inflexión. Tras dos décadas al mando, y habiendo liderado a la escudería a cuatro títulos consecutivos con Sebastian Vettel y otro ciclo histórico con Max Verstappen, el británico de 51 años deja su puesto en medio de un cúmulo de tensiones y crisis internas que se venían gestando desde 2022.
Aunque los motivos exactos de su repentina salida no se han hecho públicos, una serie de situaciones erosionaron su posición. Los malos resultados de esta temporada, que ponen al equipo en riesgo de quedar en cuarta posición por primera vez en diez años, parecen haber sido la gota que colmó el vaso. Los conflictos con el Clan Verstappen, la salida de trabajadores clave, la denuncia interna por conducta inapropiada y los constantes cambios de pilotos se perfilan como las causas detrás de esta drástica decisión.
Un castillo de naipes que se derrumba: Las razones detrás de la salida de Horner
El cese de Horner se concretó tras una sucesión de hechos que debilitaron la estructura del equipo:
Investigación interna y desconfianza
Uno de los episodios críticos fue la investigación interna por conducta sexual inapropiada. Aunque no tuvo consecuencias inmediatas, esta situación generó un gran revuelo y sembró una desconfianza que dividió opiniones dentro y fuera del paddock.
Fuga de talento clave
La salida de personal fundamental fue otro factor determinante. Adrian Newey, considerado el arquitecto de los monoplazas campeones de Red Bull, decidió marcharse a Aston Martin. Esta baja, que se produjo en un momento de crecientes tensiones con el Clan Verstappen, fue señalada por el periodista especializado Tobias Gruner de Auto Motor Sport como un golpe significativo: “La crisis deportiva también está relacionada con la salida de Adrian Newey. El diseñador estrella dejó el equipo porque Horner quería reducir su carga de trabajo”. A la marcha de Newey se sumaron otros miembros de peso dentro de la organización.
Crisis en el segundo asiento
Durante el mismo período, la polémica rescisión del contrato de Sergio Pérez por una suma considerable antes del inicio de la temporada añadió más problemas. Sin soluciones claras para el segundo asiento, ni Liam Lawson ni Yuki Tsunoda lograron consolidarse como compañeros de Verstappen, acentuando la crisis deportiva interna. Para colmo, Lawson fue relegado del asiento titular tras solo dos Grandes Premios, reflejando el confuso momento. Aunque a Checo Pérez se le renovó el contrato a mediados del año pasado, su rendimiento decayó drásticamente, lo que lo puso en la cuerda floja. Las negociaciones para finalizar su ciclo fueron complejas, y los intentos con Lawson y Tsunoda no dieron los frutos esperados, con este último a 155 puntos de Verstappen en el campeonato de pilotos.

Red Bull sumó otra salida de peso en el equipo junto con la de Newey
Luchas de poder y la amenaza de Verstappen
Vacío de liderazgo tras la muerte de Mateschitz
En paralelo, emergieron divisiones políticas tras el fallecimiento de Dietrich Mateschitz, cofundador de Red Bull. “El edificio empezó a tambalearse con la muerte del cofundador de Red Bull, Dietrich Mateschitz, en 2022”, sostuvo Mark Hughes en The Race, remarcando cómo la ausencia del multimillonario austriaco dejó un vacío de liderazgo y cohesión en la cúpula.
Fractura con el Clan Verstappen
Las diferencias internas alcanzaron su punto máximo durante una pelea pública entre Horner y Jos Verstappen, padre de Max, que dejó la relación con el entorno del piloto completamente resquebrajada. La amenaza de la salida de Max Verstappen rumbo a Mercedes cobró fuerza, haciendo evidente que, para retener al tetracampeón, serían necesarios cambios importantes en la dirección del equipo. De hecho, Auto Motor Sport detalló que “el poder de Horner también parecía ser una espina clavada para Max Verstappen y su equipo de asesores”.
Presión desde la cúpula
La presión llegó hasta lo más alto de la organización. Oliver Mintzlaff, CEO de Red Bull, logró convencer a los propietarios de la compañía —tradicionalmente protectores de Horner— de que era el momento de una renovación en el liderazgo. Según ESPN, Mintzlaff mantuvo reuniones clave con Verstappen y las altas esferas de la empresa en los últimos fines de semana de competición, donde finalmente se selló el destino del jefe de equipo.
Raymond Vermeulen, representante de Verstappen, declaró: “La dirección de Red Bull nos informó con antelación de esta decisión. Corresponde a Red Bull ofrecer más explicaciones sobre los motivos. Seguimos prestando atención al aspecto deportivo y buscamos un mayor rendimiento para volver a la cima. En ese sentido, nada cambiará”. La baja popularidad de Red Bull en encuestas recientes entre aficionados también habría influido en la balanza de los propietarios, según planteó Tobias Gruner.

El deterioro deportivo y un futuro incierto
El deterioro del rendimiento deportivo, sumado a las crisis internas y la pérdida de los principales arquitectos del éxito, dejó a la estructura sin bases sólidas. “No solo ha retrocedido desde su máximo nivel de 2023, sino que se ha desplomado. Es casi seguro que no habrá campeonato este año. El problema del segundo piloto se ha convertido en una crisis total. Los cimientos de la estructura del equipo se han resquebrajado, por no decir desmoronado”, apuntó Scott Mitchell-Malm en The Race.
La magnitud de la sorpresa por la decisión es tal que Martin Brundle, comentarista de F1 en Sky Sports, aseguró que a Horner “no le explicaron por qué lo habían liberado. Así que esa es la única información fiable que tengo al respecto”. Añadió que la noticia “salió de la nada”, aunque reconoció que había “problemas en el equipo” y “palabras” provenientes del entorno de Verstappen y otros.
La salida de Christian Horner cierra un ciclo de éxitos y conflictos en Red Bull, dejando en evidencia cómo una acumulación de polémicas, fugas de talento, luchas de poder y resultados en caída abren una nueva etapa en la historia de la escudería en la Fórmula 1.