NotMid 03/11/2025
USA en español
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha aumentado drásticamente la presión sobre Caracas. Tras movilizar buques de guerra, destructores, el portaaviones más grande del mundo y hasta un submarino nuclear en el Caribe, Trump elevó la retórica este domingo en una entrevista con el programa 60 Minutos de CBS.
Consultado sobre si “los días de Nicolás Maduro estaban contados”, el mandatario fue categórico: “Sí, diría que sí. Creo que sí”, avisando que al líder venezolano “no le queda mucho” tiempo.
Escalada de la Amenaza: Entre el Secreto y la Acción
A pesar de su locuacidad habitual, Trump ha evitado detallar sus planes, lo que siembra la inquietud en Washington sobre la inminencia de ataques sobre territorio continental venezolano. Esto ocurre tras el mayor despliegue naval en la región en décadas, que ya ha resultado en el hundimiento de más de una decena de lanchas, causando la muerte, según sus cálculos, de más de 60 personas que considera “narcoterroristas”.
“Tenemos planes muy secretos… pero qué clase de pregunta es esa? ¿Cómo se lo voy a decir? Ya veremos qué pasa”, comentó de forma críptica desde el Air Force One, sugiriendo que solo una dimisión de Maduro podría evitar el choque.
Desmentidos y Contradicciones
El pasado viernes, dos grandes medios norteamericanos reportaron que el Ejército ya tenía identificados objetivos militares (puertos y aeropuertos) supuestamente usados para narcotráfico, siguiendo órdenes de Maduro, a quien EE. UU. acusa de liderar el “Cártel de los Soles”.
Trump desmintió entonces haber dado luz verde a un ataque. Su secretario de Estado, Marco Rubio, incluso fue más allá al calificar esas informaciones como “mercancía estropeada”. Sin embargo, la trayectoria del presidente sugiere que los desmentidos no garantizan nada, como ocurrió antes del ataque a las instalaciones nucleares iraníes, que se ordenó justo después de que Trump prometiera tomarse semanas para “pensarlo”.
La Retórica de Distracción: Guerra, Migración y Joe Biden
A pesar de la escalada, Trump intentó restar importancia a una confrontación directa: “Lo dudo. No lo creo”, afirmó sobre la posibilidad de entrar en guerra con Venezuela.
En lugar de centrarse en la acción militar, el presidente dedicó gran parte de su intervención a cargar contra Venezuela por su política migratoria y a atacar a su rival político, Joe Biden. Repitió que el país sudamericano ha “vaciado sus cárceles e instituciones mentales en EEUU” y se explayó en detalles sobre las acciones del “Tren de Aragua”, calificándola como “la banda más criminal y vil que existe”.
La Puerta Sigue Abierta
El intercambio con la presentadora de 60 Minutos evidenció que la opción militar no está descartada. Ante la pregunta sobre el envío del portaaviones Gerald Ford, Trump se refugió en la ambigüedad:
“Usted es una periodista excelente, muy talentosa, pero no le voy a decir qué voy a hacer con Venezuela, si es que lo voy a hacer o no”.
El patrón es claro: mucha contundencia, aparente calma (a diferencia de la situación en Nigeria, donde no descarta el envío de tropas), mientras las piezas militares se colocan de forma cada vez más evidente, manteniendo la presión brutal para forzar un quiebre interno del régimen chavista.
Agencias
