La dictadura de Maduro maneja información sobre un posible ataque armado de Washington en su territorio, una acción de mayor contundencia que el hundimiento de la ‘narcolanchita’ la semana pasada
NotMid 13/08/2025
IberoAmérica
El chavismo ha cambiado radicalmente su estrategia. Lejos de la retórica habitual, los líderes de la revolución bolivariana se muestran preocupados y han activado un plan militar a gran escala en respuesta al despliegue naval de Estados Unidos en el Caribe.
Incluso Diosdado Cabello, el número dos del régimen, se ha mostrado en instalaciones petroleras con traje de camuflaje y metralleta en mano, declarando que “llegó la hora de la guerra revolucionaria”. En paralelo, Nicolás Maduro ha ordenado activar “284 frentes de batalla” de norte a sur, de este a oeste, cubriendo costas y fronteras.
¿Por qué la escalada?
Este drástico giro se produce mientras continúan las negociaciones con Washington. Según fuentes consultadas, el régimen de Maduro ha recibido información sobre un posible ataque armado de EE. UU., aunque no se trataría de una invasión o un magnicidio, sino de una operación para asfixiar económicamente al Cártel de los Soles, una red de narcotráfico que financia al gobierno. La reciente destrucción de una embarcación de narcotráfico por un misil estadounidense, que causó la muerte de 11 personas, ha encendido las alarmas en Caracas.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, amenazó a Washington, advirtiendo: “Piensen bien qué decisión van a tomar”.
Un régimen sin apoyo popular
El régimen de Maduro enfrenta esta crisis en su momento de mayor debilidad. Tras la histórica derrota electoral del año pasado, en la que el candidato demócrata, Edmundo González Urrutia, obtuvo un masivo respaldo, el gobierno no cuenta con el apoyo popular necesario para enfrentar una amenaza externa.
El sociólogo Gianni Finco explica que “es un problema serio hacer frente a las amenazas estadounidenses en un entorno tan impopular como hostil”. El régimen ha convocado un Congreso Extraordinario del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para movilizar a sus menguadas bases partidarias y usarlas como escudo ante una posible agresión.
Un líder atrincherado
La situación refleja el aislamiento de Maduro, quien vive en una mansión dentro de una base militar en Caracas y ya no puede hacer apariciones públicas sin un despliegue masivo de seguridad. Mientras, su hijo, “Nicolasito” Maduro, pide a los seguidores dar “la vida” para defender la patria, y el propio presidente pide a la población que desinstale WhatsApp de sus teléfonos para evitar ser espiados por EE. UU.
El chavismo se prepara para un conflicto, pero su principal debilidad no es la falta de armas, sino la ausencia de apoyo popular.
Agencias
