Los demandantes alegan que alrededor de dos millones de usuarios se han visto afectados por prácticas comerciales que catalogaron como “engañosas”
NotMid 21/08/2025
USA en español
Brooklyn, Nueva York y San Francisco, California — En un giro inusual, dos de las aerolíneas más grandes de Estados Unidos, Delta Air Lines y United Airlines, han sido objeto de sendas demandas colectivas presentadas en tribunales federales. La acusación: vender sistemáticamente “asientos de ventana” que, en realidad, no tienen ninguna.
Las demandas, presentadas por pasajeros que se sienten estafados, buscan una indemnización de millones de dólares y podrían beneficiar a más de un millón de clientes de cada aerolínea. El epicentro del problema se encuentra en aviones como los Boeing 737, Boeing 757 y Airbus A321, donde ciertas filas carecen de ventana debido a la ubicación de componentes internos del fuselaje, como conductos de aire acondicionado y sistemas eléctricos.
La promesa de una vista, la realidad de una pared
Los demandantes argumentan que, a diferencia de otras compañías como American Airlines o Alaska Airlines, Delta y United no avisan a los clientes sobre esta ausencia de ventana durante el proceso de reserva. Y lo que es peor, cobran tarifas adicionales que pueden ascender a cientos de dólares por un asiento que, en teoría, ofrece una vista.
Nicholas Meyer, en el caso de Delta, y Marc Brenman y Aviva Copaken, en el de United, son los rostros detrás de estas acciones legales. Copaken relató haber pagado entre 45 y 169 dólares por estos “asientos fantasma”, encontrándose en cada ocasión con una pared en lugar de una ventana. Los demandantes no se habrían arriesgado a pagar un extra por esos asientos de haber sabido la verdad.
Según los abogados que los representan, la responsabilidad de las aerolíneas no se diluye por el hecho de que existan sitios de terceros como SeatGuru, donde se pueden consultar los detalles de los asientos. “Una empresa no puede falsear la naturaleza del producto que vende y después esperar que una revisión externa demuestre que el cliente debía saber que mentía”, señaló Carter Greenbaum, abogado a cargo de las demandas, en una comunicación con Reuters.
¿Por qué importa una ventana?
Para muchos viajeros, escoger un asiento de ventana no es un capricho. Las razones son variadas y personales: desde mitigar el miedo a volar, evitar el mareo, mantener a un niño entretenido, hasta simplemente disfrutar de la luz o la vista. La expectativa de este servicio específico es lo que motiva a pagar esas tarifas extra, que pueden ir de 15 a más de 100 dólares por vuelo, dependiendo de la ruta y el avión.
Las demandas colectivas no solo piden una compensación económica, sino también medidas cautelares para que un juez prohíba a las aerolíneas seguir vendiendo estos asientos con la etiqueta de “window seat” si no tienen ventana. Esto podría cambiar la forma en que las compañías aéreas etiquetan y venden sus productos.
Hasta ahora, ni Delta ni United han hecho declaraciones públicas sobre los litigios. Las compañías podrían intentar desestimar los reclamos argumentando que las variaciones de diseño y el etiquetado de los asientos no constituyen un fraude o un incumplimiento de contrato.
El resultado de este proceso legal podría sentar un precedente importante en la industria. Si los jueces fallan a favor de los pasajeros, las aerolíneas se verán obligadas a ser mucho más transparentes sobre los servicios “premium” que ofrecen, asegurándose de que lo que se vende realmente exista.