El despliegue, que involucró patrulleras, aeronaves y equipos tácticos, se centró en bloquear rutas marítimas empleadas por organizaciones criminales para trasladar grandes cargamentos de estupefacientes
NotMid 19/09/2925
USA en español
En un importante esfuerzo por frenar el tráfico de drogas, las fuerzas de seguridad de Estados Unidos han incautado más de 34 toneladas de cocaína en el Pacífico Oriental en los últimos dos meses. Esta operación, llamada “Pacific Viper”, es un trabajo conjunto entre la Guardia Costera y la Marina de EE. UU. que busca desmantelar a los cárteles que operan desde Sudamérica.
Un operativo de alto impacto
Desde que comenzó a principios de agosto, el operativo ha resultado en la incautación de más de 34,000 kilos de cocaína en 20 interdicciones, con un promedio diario de decomiso superior a los 820 kilos. Durante las acciones, fueron arrestados 59 presuntos narcotraficantes.
El Departamento de Seguridad Nacional ha calificado la ofensiva como un “golpe a los cárteles”, y el vicealmirante Jeffrey Novak, de la Guardia Costera, enfatizó el compromiso de su fuerza con la lucha contra el narcotráfico.
“La Operación Pacific Viper continúa los esfuerzos de la Guardia Costera de los Estados Unidos para proteger la patria, combatir el narcotráfico y desmantelar las organizaciones criminales transnacionales y los cárteles que buscan producir y traficar drogas ilícitas a los Estados Unidos”, afirmó la oficina en redes sociales.
Alcance y colaboración internacional
Uno de los decomisos más recientes, captado en imágenes, muestra a la Guardia Costera interceptando un pequeño barco al noreste de las Islas Galápagos. En esa operación, se confiscaron 2,500 kilos de cocaína, lo que demuestra el amplio alcance del operativo en rutas clave del tráfico.
La detección y captura de estas embarcaciones se basa en una colaboración extensa entre varias agencias estadounidenses, incluyendo la Guardia Costera, la Marina, el Comando Sur y la Fuerza de Tarea Interagencial Conjunta Sur. Utilizan sistemas avanzados de monitoreo para identificar y seguir los flujos de tráfico marítimo desde la costa sudamericana.
El éxito de la operación no solo depende de las capacidades de vigilancia de EE. UU., sino también de la colaboración internacional. Las alianzas con fuerzas policiales y navales de otros países de la región han sido cruciales para ampliar el alcance de las operaciones.
Las autoridades han confirmado que las acciones se mantendrán de manera sostenida, con más recursos tácticos e intercambio de inteligencia para identificar y neutralizar nuevas rutas que los grupos criminales usan en el corredor marítimo entre Sudamérica y Norteamérica.
Agencias
