El presidente de EEUU quiere recuperar la gran base aérea de Bagram, desde donde se puede controlar las regiones de Asia Central y Asia del Sur
NotMid 26/09/2025
MUNDO
Cuatro años después del cierre de la guerra más larga de EE. UU. en Afganistán, el presidente Donald Trump ha puesto en jaque la estabilidad de Asia Central. Desde la residencia oficial británica de Chequers, Trump anunció su intención de “recuperar Bagram, la gran base aérea” que Washington abandonó en 2021.
Su objetivo es claramente geopolítico, argumentando que la base, una de las más grandes del mundo, “está a una hora [de vuelo] de donde China hace sus bombas atómicas”.
Dos días después, Trump elevó la amenaza en su red social, Truth Social, con un mensaje directo a los talibán: “Si los talibán no devuelven la base a quienes la construyeron, los Estados Unidos de América, ¡VAN A PASAR COSAS MUY MALAS!”

Afganos en las afueras de la base de Bagram observan restos de equipamientos que serían vendidos como chatarra.Rahmat GulAP Photo
Bagram: La Llave de Asia y el ‘Bajo Vientre’ de los Rivales
La idea de Trump de retomar Bagram, si bien audaz, no es descabellada. Se trata de un punto estratégico cuya importancia fue reconocida hace 2.354 años por Alejandro Magno, quien fundó allí la ciudad de Alejandría del Cáucaso, entendiendo la región como la llave de Asia.
Los planes de Trump van más allá de Afganistán; buscan controlar un continente. La base se encuentra en la encrucijada de Asia Central y Asia del Sur. Si EE. UU. recuperase el control, sus bombarderos B-52 y B-1 (capaces de portar armas atómicas) podrían:
- Llegar a Moscú y Pekín y regresar sin repostar, atacando a China desde el Oeste y a Rusia desde el Sur.
- Exponer el “bajo vientre” de ambos países, cuyas defensas están concentradas en Europa y el Pacífico, respectivamente. Irán también quedaría expuesto.
El control de Bagram, que en el pasado soviético y estadounidense fue un motor logístico con capacidad para 40.000 personas, ahora se enfocaría en el “Gran Juego” a la inversa, no para frenar el avance ruso hacia la India, sino para proyectar el poder estadounidense hacia China.
La Paradoja Talibán y la Oposición Local
La principal incógnita es cómo podría Trump lograr la devolución de Bagram.
- Legitimidad Talibán en Riesgo: La única legitimidad del régimen talibán se basa en haber expulsado a los estadounidenses. Permitirles volver anularía la base de su poder, aunque históricamente ha sido imposible controlar Afganistán sin Bagram.
- Aproximación a Rusia: La amenaza de EE. UU. está provocando un acercamiento geopolítico; en julio, Rusia se convirtió en el único país en otorgar reconocimiento diplomático pleno al Gobierno talibán, un giro significativo para Moscú.
Ali Maisam Nazary, director de Relaciones Internacionales del Frente Nacional de Resistencia (NRF), principal grupo de oposición a los talibán, sugiere una vía alternativa: que EE. UU. “apoye a la oposición afgana para que seamos nosotros quienes ocupemos la base”, argumentando que los talibán están debilitados y divididos.

Donald Trump, durante una visita sorpresa el Día de Acción de Gracias de 2019, en la base de Bagram.Alex Brandon AP Photo
Tensión Diplomática y Consecuencias Internas
La demanda de Trump coincide con el fracaso de unas discretas negociaciones entre representantes estadounidenses y los talibán en Kabul para liberar a ciudadanos de EE. UU. detenidos.
La gravedad de la amenaza fue inmediata: el líder supremo del Emirato de Afganistán, Hibatullah, ordenó el arresto domiciliario y el registro del ministro de Exteriores, Amir Khan Muttaqi, temiendo que sus colaboradores estuvieran negociando la entrega de Bagram a espaldas del liderazgo.
La paradoja histórica de Bagram es notable: una base construida por la URSS y reconstruida por EE. UU., que pasó de ser una cárcel con prácticas cuestionables a un motor estratégico, nunca fue concebida en los 19 años de guerra como una base de proyección estratégica contra China o Rusia.
Ahora, sobre las ruinas de la ciudad de Alejandro Magno, Bagram vuelve a colocarse en el centro de la geopolítica. Su destino no definirá solo el control de Afganistán, sino potencialmente el equilibrio de poder en Asia y la relación con China y Rusia en el siglo XXI.
Agencias