La salida de Wang Chunning y otros altos oficiales, junto a la censura y rumores en redes sociales, evidencian una crisis interna en el aparato militar bajo el liderazgo de Xi Jinping
NotMid 02/10/2025
ASIA
La incesante oleada de purgas en el seno del Ejército Popular de Liberación (EPL) chino está revelando una profunda fractura y una crisis de confianza que llega hasta la cúspide del poder político y militar. Lejos de limitarse a generales menores o figuras periféricas (como Wang, mencionado en el contexto anterior), la campaña anticorrupción ha alcanzado a los rangos más altos y, de forma notable, a aquellos considerados leales al presidente Xi Jinping.
Uno de los casos más resonantes es el del almirante Miao Hua. En noviembre del año anterior, este influyente miembro de la Comisión Militar Central (CMC) y director del crucial Departamento de Trabajo Político —un órgano clave para la moral y la lealtad dentro de las fuerzas armadas— fue suspendido de forma fulminante bajo la acusación oficial de “sospechas de graves violaciones disciplinarias”. La rápida y silenciosa caída de una figura de este calibre es una señal inequívoca de la gravedad de la situación.
El Impacto de Purgar a los Propios Aliados
La persistente erosión en la cúpula militar no es solo una cuestión de “limpieza” disciplinaria; adquiere una dimensión crítica debido a quiénes están siendo destituidos.
Durante la última década, Xi Jinping ha promovido a generales y almirantes que él mismo consideraba ideológicamente puros y estrictamente leales, utilizándolos para reemplazar a los mandos asociados a las facciones militares de la era anterior. El hecho de que las purgas se centren ahora precisamente en estos aliados de confianza sugiere que la crisis de lealtad o la preocupación por la corrupción se ha vuelto endémica, o bien que el umbral de tolerancia del líder chino ha disminuido drásticamente.
Este panorama evidencia una profunda crisis de confianza interna. Al decapitar a la cúpula militar de forma recurrente, Xi Jinping no solo busca consolidar su poder, sino que también envía un mensaje de que la disciplina y la obediencia absoluta son prioritarias, incluso a costa de la estabilidad y la experiencia de mando.
Máxima Sensibilidad Geopolítica
La escalada de estas purgas tiene lugar en un momento de máxima sensibilidad política y geopolítica. El EPL es el pilar del sueño de “gran rejuvenecimiento” de China y es la fuerza que debe respaldar las ambiciones territoriales, especialmente en torno a Taiwán.
El desmantelamiento de figuras clave en puestos sensibles —como el departamento político, el de logística o el de la Fuerza de Cohetes (que maneja el arsenal nuclear)— introduce una capa de incertidumbre en la cadena de mando. La “tormenta interna” sacude al Ejército Popular de Liberación justo cuando se le exige la máxima preparación y cohesión, planteando interrogantes sobre el verdadero estado de la moral y la operatividad de las fuerzas armadas chinas.
La campaña, por lo tanto, no es solo un ajuste de cuentas, sino una reestructuración forzosa del poder militar que busca garantizar que, pase lo que pase, la lealtad al líder siga siendo la única doctrina innegociable.
Agencias