Las dos mayores economías del mundo intensificaron su disputa con medidas recíprocas en sectores clave como transporte marítimo, tierras raras, madera y tecnología, generando incertidumbre en mercados globales y complicando negociaciones bilaterales
NotMid 14/10/2025
MUNDO
Las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos han entrado en una nueva fase de escalada, agravada en los últimos días por una batería de medidas cruzadas que abarca desde aranceles portuarios hasta controles sobre metales estratégicos y tecnología.
Este cruce de acciones ha puesto en peligro la tregua comercial acordada en agosto y siembra dudas sobre una posible reunión de líderes.
¿Qué abarca este último cruce de medidas?

1. La guerra marítima: aranceles portuarios recíprocos
Desde este martes, entraron en vigor aranceles portuarios recíprocos. Estados Unidos aplica un recargo de 50 dólares por tonelada neta a los buques chinos, con incrementos anuales hasta 2028. Pekín respondió con tarifas equivalentes a los barcos de propiedad, operación o bandera estadounidense, calificando la medida de “simétrica y necesaria”.
La disputa se originó por una investigación de Washington que acusa a Pekín de prácticas desleales en los sectores marítimo y naval. Este pulso ya ha provocado volatilidad, con las principales navieras cotizadas en Nueva York registrando caídas de hasta el 7 %. China ha anunciado que iniciará una investigación para evaluar el impacto de los aranceles estadounidenses sobre su industria.
2. Tierras raras: control estratégico de China
Pekín reforzó la semana pasada su control sobre las tierras raras —17 metales esenciales para la fabricación de vehículos eléctricos, pantallas táctiles y turbinas eólicas— alegando motivos de seguridad nacional.
China, que concentra más del 70 % de la producción y casi el 90 % del procesamiento global, impuso nuevas restricciones a la exportación. Se trata de un sistema de licencias para empresas que utilicen materiales con más de un 0,1 % de origen chino o tecnologías vinculadas a su extracción y reciclaje, lo que refuerza su dominio sobre este sector estratégico.

3. Nuevos gravámenes a la madera y muebles chinos
En EE. UU. entraron también en vigor aranceles del 10 % a la madera aserrada y del 25 % a ciertos muebles de madera, gabinetes de cocina y tocadores, con incrementos programados a partir de 2026. China, uno de los principales proveedores de bajo coste, se encuentra entre los países afectados, a diferencia de la UE, Reino Unido y Japón, que están exentos. Esto implica mayores costes de acceso para los exportadores chinos al mercado estadounidense.
4. El pulso por los semiconductores
Washington mantiene su política de limitar la venta de chips avanzados y equipos de fabricación de semiconductores a empresas chinas, citando motivos de seguridad. Pekín ha respondido abriendo una investigación antimonopolio contra la estadounidense Qualcomm y, según reportes, ha instado a sus tecnológicas a reducir la dependencia de procesadores de EE. UU. en esta industria global clave.
El riesgo de ruptura y la reunión de líderes
Tras las restricciones a las tierras raras, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con imponer un arancel adicional del 100 % a todos los productos chinos si Pekín no revierte sus últimas medidas antes de noviembre.
Esta escalada amenaza la tregua comercial que ambas potencias habían acordado extender por 90 días en agosto. Aunque en septiembre Trump y el presidente chino, Xi Jinping, acordaron reunirse en la cumbre de la APEC en Corea del Sur, la reciente hostilidad ha disparado las dudas. Tras el anuncio sobre las tierras raras, Trump ha declarado que ya no ve motivos para reunirse con Xi, poniendo en peligro tanto la cumbre como la prórroga de la tregua.