Las nuevas redes descentralizadas son aún más difíciles de desarticular que las bandas jerárquicas a las que han sustituido
NotMid 18/10/2025
MUNDO
La “guerra contra las drogas” ha durado 50 años, pero la industria global del narcotráfico nunca ha sido más eficiente, innovadora y difícil de desarticular. La producción, las incautaciones y el consumo mundiales de cocaína han alcanzado niveles récord, impulsados por un modelo de negocio que ha evolucionado de cárteles verticalmente integrados a una red fluida y global de subcontratistas.
Innovación Química y Logística
En el puerto peruano de Callao, esta sofisticación es tangible. Inspectores abrieron bidones de pulpa de maracuyá que contenían nueve toneladas de cocaína. La droga había sido “neutralizada”, camuflada químicamente para burlar las pruebas estándar y solo ser extraída en su destino final, en Bélgica.
“Los ‘neutralizados’, como los llaman los peruanos, son una lacra cada vez mayor”, explica el general Nilton Santos Villalta, jefe de la policía antinarcóticos de Perú. Estos alijos, que también incluyen cocaína mezclada con plástico, café molido o disuelta en cocos resellados, eluden no solo los kits químicos, sino también los escáneres de rayos X.
A la innovación química se suma la logística de alta tecnología. Los traficantes utilizan “narcosubmarinos” capaces de transportar hasta 10 toneladas bajo el agua, e incluso prototipos no tripulados con enlaces satelitales. Los alijos son rastreados por GPS para generar confianza entre compradores y vendedores en una cadena de suministro altamente fragmentada.

La producción, las incautaciones y el consumo mundiales de cocaína han alcanzado niveles récord (REUTERS/Jose Cabezas)
El Negocio se Globaliza y se Fragmenta
El negocio del narcotráfico se ha globalizado a una velocidad vertiginosa. El contrabando ya no se enfoca casi exclusivamente en Estados Unidos. Se estima que el consumo de cocaína en Europa ha aumentado un 60% en la última década y el continente es ahora un mercado probablemente más grande que el estadounidense. Australia consume más cocaína per cápita, y el consumo se dispara en Asia y en la propia América Latina (Brasil podría ser el segundo mercado más grande del mundo).
La búsqueda de precios más altos impulsa la expansión. Un kilo de cocaína que cuesta $30.000 al por mayor en América puede alcanzar entre $39.000 y $45.000 en Europa occidental, y superar los $250.000 en Australia.
Esta globalización ha sido posible gracias a la subcontratación. Cárteles como Sinaloa, el PCC brasileño o la ‘Ndrangheta italiana se apoyan en una vasta red de especialistas: químicos, sicarios, blanqueadores y “narcos invisibles” que financian envíos. Esta especialización no solo hace la cadena de suministro más resistente, sino que también fomenta la eficiencia y la innovación, como predeciría Adam Smith.

El blanqueo de dinero procedente del narcotráfico es otro negocio en rápida evolución
Blanqueo 2.0: De China al Cripto
El blanqueo de dinero también se ha externalizado y modernizado, a menudo a especialistas chinos que utilizan transacciones espejo para transferir fondos sin cruzar fronteras físicas, eludiendo controles.
La tendencia más reciente son las criptomonedas, especialmente las stablecoins como USD Tether. Fiscales y policías brasileños advierten que estas monedas, vinculadas al dólar pero transferibles de forma anónima, son el “mayor problema actual” en delitos financieros. Organizaciones criminales incluso han llegado a operar sus propias fintechs para lavar dinero a escala masiva.
Caos Político y Violencia
Las consecuencias de este modelo disperso son catastróficas. Los pagos a subcontratistas a menudo se realizan en cocaína, lo que alimenta la adicción y la violencia extrema. La competencia por los puestos de trabajo ha duplicado la tasa de homicidios en Costa Rica y ha convertido a Ecuador en uno de los países más peligrosos del mundo.
Además, las bandas están intentando “capturar al regulador”. En varios países, los narcotraficantes presentan candidatos en elecciones y presionan para que se aprueben leyes que obstaculicen las investigaciones, llevando a expertos como el exministro del Interior peruano, Rubén Vargas, a afirmar que “las economías ilegales… están tomando el control de puntos estratégicos del Estado”.
El narcotráfico no va a desaparecer. Con beneficios que superan los $100.000 millones de dólares, el problema de la cocaína no solo está en las selvas de América Latina, sino que, probablemente, ya está llegando a un puerto cercano.