Los dos candidatos de centro derecha llegan muy parejos según las últimas encuestas a la elección de este domingo
NotMid 03/04/2022
IberoAmérica
Unos 3.5 millones de costarricenses están llamados este domingo a las urnas para escoger en ballotage al presidente del país para los próximos cuatro años, entre los candidatos de centro derecha José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN) y Rodrigo Chaves, del Partido Progreso Social Democrático (PPSD).
Figueres y Chaves llegan a esta segunda vuelta técnicamente empatados según las encuestas más confiables que se publicaron hasta este jueves. El último sondeo del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR coloca a Chaves a la cabeza con 41,4% entre las personas decididas a votar y a Figueres le otorga un 38%, lo que según los especialistas se registra como un empate dado el margen de error de la encuesta.
Si algo dejaron claro las últimas encuestas es que la brecha entre Chaves y Figueres se iba cerrando a medida que se acercaba el día de las elecciones, porque una semana antes la misma encuestadora de la Universidad de Costa Rica otorgaba un 43,3% al candidato del PPSD y un 38,1% al del PLN.
“No hay diferencias significativas entre los candidatos, cualquiera de los dos podría estar liderando en este momento, no sabemos cuánto, pero sí las fuerzas están muy parejas en este momento”, expresó al Semanario Universidad Ronald Alfaro, coordinador de la encuesta del CIEP.
La misma encuesta registra un 18,1% de personas que aún no decidía por quién votar, y de quien depende hacia dónde se inclinará la balanza.
Rodrigo Chaves ha sido el candidato sorpresa de estas elecciones. A la víspera de las votaciones de primera vuelta, el 6 de febrero pasado, Chaves estaba en quinto lugar entre los 25 candidatos que compitieron, pero se ganó el pase a segunda vuelta al colocarse sorpresivamente en el segundo lugar, aunque con más de 10 puntos por debajo de Figueres.
Los resultados oficiales de la primera vuelta quedaron así en los cinco primeros puestos: José María Figueres, de Liberación Nacional, 27,3%; Rodrigo Chaves, de Progreso Social Democrático, 16,8%; Fabricio Alvarado, de Nueva República, 14,9%; Eliécer Feinzaig, de Liberal Progresista, 12,4%; y Lineth Saborío, de Unidad Social Cristiana, 12,4%.
José María Figueres Olsen, candidato del tradicional Partido de Liberación Nacional (PLN), es hijo del tres veces presidente de Costa Rica José María Figueres Ferrer, conocido como “Don Pepe”. (REUTERS/Mayela Lopez)
José María Figueres Olsen
Figueres Olsen, de 67 años, candidato del tradicional Partido de Liberación Nacional (PLN), proviene de una familia de políticos, y ya fue presidente de Costa Rica entre 1994 y 1998.
Es hijo de José María Figueres Ferrer, “Don Pepe”, quien fue presidente del país durante tres períodos y pasó a la historia como el mandatario que abolió el ejército en Costa Rica en diciembre de 1948. “Don Pepe” llegó al poder después de levantarse en armas en lo que se llamó “La Revolución del 48″.
Figueres Olsen es graduado en ingeniería industrial en la academia militar de West Point, de Estados Unidos, fue ministro de Comercio Exterior y luego de Agricultura y Ganadería durante la primera administración (1986-1990) del premio Nobel de la Paz, Óscar Arias. En 1994 llegó a la Presidencia.
A José María Figueres se le ha señalado de participar en un escándalo de corrupción conocido como caso ICE-Alcatel entre los años 2000 y 2003, en el cual la compañía francesa Alcatel habría sobornado a políticos y funcionarios costarricenses de varios gobiernos. Figueres habría recibido 900 mil dólares de esa compañía francesa. Él ha negado que se trate de soborno y alega que con la empresa desarrolló “labores de consultoría”.
A pesar que nunca fue acusado de un delito, coincidentemente con el escándalo, Figueres se trasladó a vivir a Suiza y regresó a Costa Rica ocho años más tarde, después que la Fiscalía archivara el expediente.
Rodrigo Chaves, candidato del Partido Progreso Social Democrático (PPSD) es un político emergente y ha sido la sorpresa en la jornada electoral costarricense. (REUTERS/Monica Quesada)
Rodrigo Alberto de Jesús Chaves Robles
Chaves Robles, 60 años, candidato del emergente Partido Progreso Social Democrático (PPSD), tiene un doctorado en Economía por la Universidad de Ohio, en Estados Unidos y recibió una beca de la Universidad de Harvard para estudiar temas de pobreza en Asia. Fue ministro de Hacienda de Costa Rica durante el actual gobierno de Carlos Alvarado por un periodo de seis meses tras el cual Alvarado le pidió la renuncia en mayo de 2020 por “diferencias irreconciliables”.
Trabajó para el Banco Mundial durante casi 30 años, y llegó a ser nombrado director de la oficina del Banco Mundial en Indonesia.
Dos trabajadoras del Banco Mundial denunciaron a Chaves por “insinuaciones sexuales” y un “patrón de comportamiento inapropiado no deseado” que el candidato ha asegurado son “chismes y mentiras”. Negó también que esa haya sido la razón de su renuncia en el organismo mundial.
Según publicó The Wall Street Journal en octubre de 2021, una investigación un tribunal administrativo del Banco Mundial registra testimonios que describen a Chaves como un “conocido acosador” y que existe “un patrón documentado de hostigamiento que duró al menos cuatro años e involucró a seis mujeres”.
Aunque este tema se convirtió en el principal flanco de ataque de sus rivales y organismos civiles, no parece haber hecho mella en la mayoría de los costarricenses que lo llevaron del quinto al segundo lugar en la primera vuelta electoral, y lo mantenían a la cabeza de las simpatías en las últimas encuestas.
El lema de campaña de Chavez es #MeComoLaBronca, una frase que los costarricenses usan como “enfrento los problemas”.
Ambos candidatos han centrado sus propuestas de trabajo en la economía, la gestión de Estado y el medioambiente, y el debate ha girado en torno a los temas de corrupción, manejo del financiamiento electoral y denuncias de acoso sexual.
“Todo empieza por acelerar nuestra economía para generar empleos, atraer inversiones, consolidar nuevas empresas y fortalecer nuestras exportaciones. Usted tiene nuestra promesa: vamos a terminar, de una vez por todas, con la tramitomanía, las trabas e intervenciones excesivas del Estado y los costos abusivos. ¡Los dejaremos trabajar, sin estorbar!”, promete Chaves en su plan de gobierno.
El programa de Figueres, por su parte, se propone entre sus principales metas para el 2030 “reducir las emisiones de carbono a la mitad, eliminar la pobreza extrema, reducir el desempleo a menos del 7%, ser un país bilingüe, recuperar la salud fiscal (déficit menor al 3% y deuda menor al 50% del PIB), crecer a un ritmo superior al 5% sostenido, y ser el número uno en competitividad en América Latina”.
Los últimos esfuerzos de la campaña electoral han estado dirigidos a conquistar a 1.5 millones de costarricenses que no tienen por quién votar. (REUTERS/Mónica Quesada)
Nicaragua y Daniel Ortega
Aunque los dos candidatos son de centro derecha, han evitado en esta última etapa ser frontales en su posicionamiento alrededor de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua y se han limitado a reafirmar los valores democráticos de Costa Rica.
Antes, al menos Figueres era más claro. En una entrevista al medio chileno Emol, en enero de 2019, dijo: “Me parece que el régimen de Maduro ha sobrepasado por mucho todos los límites que se le deben permitir y que más bien ha pasado a ser un régimen que pareciera tener como su principal enemigo no a la comunidad internacional, sino que al propio pueblo venezolano. No entiendo cómo en los tiempos que vivimos puede haber un régimen que cause tanto dolor, tanto sufrimiento, tanta desesperanza y tanta miseria entre la familia venezolana”.
De Nicaragua, dijo en la misma entrevista: “Me duele mucho lo que sucede en Nicaragua. Recuerdo la revolución del 79, cuando el mundo entero se volcó a apoyar al movimiento sandinista para derrocar 50 años de dictadura de Somoza. Y a la vuelta de los años, ver que algunos líderes de lo que fue aquella revolución que cautivó la ilusión del mundo se han vuelto en una expresión muchas veces peor que los años de Somoza, no puede uno más que llenarlo de tristeza”.
Nicaragua ha estado ausente en los debates electorales a pesar que en Costa Rica viven 350 mil personas, entre migrantes y exiliados, del vecino del norte.
“La relación con el gobierno de Nicaragua es una relación ciertamente más delicada. Hay una diferencia en apreciaciones de valores, de otras condiciones y respecto al posicionamiento internacional de nuestros países, pero esas diferencias no significan que no vayamos a conversar y buscar mejorar el clima de relación entre los dos países. Tenemos esa obligación y, por lo tanto, por la combinación de intereses económicos y políticos vamos a hacer un extraordinario esfuerzo para que logremos limar asperezas y llevarnos de la mejor manera posible”, explicó Figueres Olsen al medio digital CRHoy a principios de febrero de este año, antes de la primera vuelta.
El 10 de marzo, el candidato Rodrigo Chaves por su parte expresó durante una reunión con representantes de empresas exportadoras del país, cámaras y entidades bancarias: “Nuestro interés va a ser defender nuestra democracia, defender nuestras libertades. Entonces, yo espero tener una relación muy cordial con don Daniel Ortega”.
Los resultados de esta jornada lo decidirán los más de 1.5 millones de costarricenses que han manifestado no tener candidatos por quién votar. Para convencerlos Figueres apela a que se decidan por “la experiencia” y Chaves por “una forma distinta de hacer las cosas”.
Agencias