Distintas instituciones médicas y universidades documentan cómo la relación cotidiana con estos animales incide en la calidad de vida de personas de todas las edades
NotMid 21/07/2025
Estilo de vida
Cada 21 de julio celebramos el Día Mundial del Perro, una fecha que va más allá del homenaje simbólico para recalcar el profundo impacto que estos animales tienen en nuestras vidas. Lejos de ser solo mascotas, diversas investigaciones científicas demuestran que los perros pueden influir significativamente en nuestra salud mental, física y social, a lo largo de todas las etapas de la vida.
Beneficios para la Salud Física: Una Motivación Activa
Los perros son una fuente inagotable de motivación para el ejercicio. La Mayo Clinic subraya que los dueños de perros son “más propensos a informar ejercicio físico regular que quienes no tienen mascotas”. Esta actividad constante mejora el flujo sanguíneo, fortalece músculos y articulaciones, y disminuye la rigidez corporal.
Caminar tan solo 30 minutos al día puede tener un impacto asombroso, “reduciendo el riesgo de enfermedad coronaria, osteoporosis, cáncer de colon y mama, y diabetes tipo 2”, según los especialistas de la clínica. Incluso este nivel de actividad, leve o moderado, puede ayudarte a conseguir un sueño más profundo y reparador. Los datos lo respaldan: un análisis británico de 2019 reveló que las personas con perro caminan casi 300 minutos por semana, es decir, 200 minutos más que quienes no tienen. Esta actividad sostenida no solo mejora la condición física, sino también los niveles de ansiedad y depresión.

El Día Mundial del Perro se celebra cada 21 de julio, destacando el impacto real que tienen estos animales en la salud y la vida cotidiana
Bienestar Mental y Emocional: Calma en Cada Interacción
Desde la Universidad de California en Davis (UC Davis), los expertos señalan que “los perros, en particular, reducen el estrés, la ansiedad y la depresión, alivian la soledad, fomentan el ejercicio y mejoran la salud en general”.
El vínculo con un perro también tiene un impacto hormonal crucial. La Universidad de Harvard sostiene que acariciar “suavemente a un perro puede desencadenar la liberación de oxitocina, la llamada hormona del amor“. Esta interacción contribuye a generar “una sensación de pertenencia, conexión y satisfacción”, fortaleciendo nuestros lazos emocionales.
Un estudio publicado en la revista PLOS ONE examinó los efectos psicofisiológicos de distintas actividades con perros sobre la actividad cerebral. Treinta adultos participaron en ocho tipos de interacción (caminar, jugar, alimentar, masajear, entre otras) mientras se registraban sus ondas cerebrales. Los resultados fueron reveladores:
- Jugar y caminar con el perro aumentaron los niveles de ondas alfa (asociadas a la relajación) y ondas beta (relacionadas con la atención sin estrés).
- El masaje y el cepillado generaron una activación significativa en áreas del cerebro vinculadas al enfoque sensorial y la coordinación motora.
Los autores concluyen que estas actividades pueden inducir estados de relajación emocional y concentración, con potenciales aplicaciones en programas de intervención asistida por animales.

El vínculo con perros contribuye a reducir la soledad y la depresión, y puede ser clave en rutinas de personas con Alzheimer o demencia
Compañeros Invaluables en la Tercera Edad
Las personas mayores encuentran en sus perros una fuente de bienestar integral. El informe de la UC Davis subraya que los adultos mayores con perros “reportan una reducción del estrés y la soledad, así como un aumento de la actividad y de la calidad de vida“.
Esta relación puede tener efectos directos en enfermedades crónicas. Para personas con Alzheimer o demencia, los perros contribuyen a “reducir la angustia, la soledad y la depresión”, según el mismo artículo. También funcionan como soporte emocional y promueven rutinas que estimulan la memoria y el movimiento. En el plano cardiovascular, la Universidad de Harvard indica que “tener una mascota parece disminuir el riesgo de desarrollar hipertensión y puede mejorar el control de la presión arterial en personas que ya tienen esta condición”

Las actividades con perros activan zonas cerebrales asociadas a la concentración, la relajación emocional y la coordinación motora.
Conexión Social y Atención Plena
Los perros no solo nos benefician a nivel individual, sino que también fortalecen nuestras conexiones sociales. El American Kennel Club, citando al Human Animal Bond Research Institute, revela que “el 85% de los encuestados cree que la interacción con mascotas reduce la soledad“, y que los perros ofrecen “amor incondicional, apoyo emocional y compañía constante”.
La Mayo Clinic añade que tener un perro está asociado con “una menor percepción del aislamiento social”, lo que reduce el riesgo de ataques cardíacos y problemas cognitivos. Además, destaca que “los tutores de perros interactúan más con otras personas, como con otros tutores de perros y con quienes se encuentran en los paseos, y son menos propensos a sufrir depresión”.
Incluso en el contexto laboral, los efectos son visibles: los perros ayudan a “reducir el estrés relacionado con el trabajo”, a “combatir la soledad” y a “aumentar la actividad física al dar una excusa para salir al aire libre”.
Finalmente, la doctora Beth Frates, de la Universidad de Harvard, explicó: “Los perros son excelentes maestros de mindfulness porque viven en el presente, utilizando sus sentidos del olfato, oído, vista y tacto a medida que avanzan por el mundo”. En ese sentido, sugiere que al caminar con un perro, prestar atención al animal y al entorno inmediato es una práctica efectiva para reducir el estrés.
Agencias