El sufrimiento de las mujeres reales les da igual a socialistas y comunistas, que multiplicaron por cuatro el presupuesto de su ministerio de Igualdad y dividieron por diez el precio de las pulseras contra el maltrato
NotMid 24/09/2025
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Poco después de que la ministra de Igualdad asegurase que todo lo publicado sobre los fallos de las pulseras para proteger a las mujeres maltratadas era un bulo, anunció la convocatoria de un nuevo concurso para comprar otras que no fallasen como las de AliExpress. La vehemencia con la que se manifiesta Ana Redondo es permanente, pero el contenido que expresa puede cambiar tres veces diarias. Si se le exige coherencia es porque está muy arraigado el bulo, convertido en mito, de que a la izquierda le importan las mujeres. Nunca. En el debate del voto femenino en la II República, socialistas y comunistas se opusieron. Y a Clara Campoamor la vituperaron Victoria Kent y Margarita Nelken.
La razón de fondo es doctrinal: el feminismo liberal y burgués de Emilia Pardo Bazán buscaba igualdad legal y libertad económica. Pero el socialismo es una ideología contra la propiedad y las libertades que llama «burguesas». La URSS o China prohibieron que las mujeres se perdiesen en fruslerías. Y en los partidos y guerrillas comunistas la pareja era sagrada. Salvo, claro, para los jefes o alguna jefa como La Pasionaria, que ejercían el derecho de pernada sobre los propios y el de violar a los ajenos como enemigos de clase. Y eso pasa desde Lenin hasta Maduro y Xi Jinping.
El desprecio de comunistas y socialistas por las mujeres reales se ha comprobado en el mantenimiento de leyes como la del sí es sí, que Irene Montero, cuyo sectarismo anega su deshabitado magín, se negó a cambiar, pese a que un millar de agresores sexuales se beneficiaran, o este de Ana Redondo, que hace meses que sabe que fallan las pulseras de AliExpress, lo ha ocultado, lo ha negado y ahora se desmiente a sí misma con otro concurso. Montero dijo ayer en TV3 que lo de las pulseras es un bulo de la derecha política, judicial y mediática. Como en su ley sueltavioladores. Nunca responsables de nada.
El sufrimiento de las mujeres reales les da asquito a estas jotías, que multiplicaron por cuatro el presupuesto de su Ministerio y dividieron por diez el precio de las pulseras, de 150 euros a 15. El efecto del cambio en la vida de las maltratadas ha sido trágico. Les da igual.
¿Y hay algo aquí, más allá del bulo de que a la izquierda le importan las mujeres? Sí. Alguien ha cebado al cerdito de la hucha con la coima de las pulseras. El contrato lo firmó Pam, que se casó anteayer y lo celebró con una tarta de tortilla de patatas.